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De este modo, en la misma tierra cuyos pastores, que crearon ! a ciu dad, enseñaron a sus descendientes la agricultura, su prole ha trans formado, por codicia y contra las leyes, las mieses en pastos31. To mado literalmente el texto prueba que en Italia había escasez de trigo y de vino, y había que importarlos del extranjero aguantando el valor del transporte, consecuencia esta de que a la agricultura de antaño hubiese sustituido el pastoreo. Es verdad que el artículo tiene relación a la tierra donde se creó la localidad, o sea a Roma y como máximo al Lacio, pero es difícil comprenderlo en este sentido limitado, ya que, forma parte a un periodo de tiempo en el que Roma se había incorporado totalmente toda Italia, partícipe de la ciudadanía tras la guerra so cial. Por otro lado, no puede negarse que hubiera importaciones de trigo y de vinos finos de las provincias, si bien las causas fuesen dis tintas, pues el trigo era entregado por el diezmo de las provin cias al paso que el vino se adquiría para el consumo de los ricos.
- Esta posesión les daba grandes beneficios gracias a la prolificidad de los esclavos, que aumentaban al estar exentos de la milicia.
- Por lo relacionado a la prestación de trabajo no asemeja fundada la opinión de quienes piensan que en su origen los contratos de labor se referían al trabajo de los esclavos y juzgan por tanto, inusuales las relaciones concernien tes al trabajo libre.
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Sin duda refleja la opinión de los círculos conservadores de la nobleza contra el comercio y por lo tanto piensa a Catón en tal juicio. Pero esto no significa que logre aducirse este texto, como se me ha atribuido, en prueba de que los romanos no practicaban tal negocio, aunque es realmente difícil precisar con precisión a qué instante de la época republicana se remonta. En la navegación y el transporte de mercancías se daban a conocer bas tante activo los orientales.
177 Estrab. cit.; CIL. VI, 33937. 178 Antes, p. 320.
II A F 35 p. 243. el bajo precio del plomo, que todavía en tiempos de Plinio costaba a 2 sestercios la libra37. Es diferente el caso de los tejares, que fueron consiguiendo mayo res dimensiones conforme en la construcción se abandonaron los viejos métodos, firmes en el uso de bloques de toba, y se utiliza ron recientes técnicas. Alcanzaron su máximo desarrollo en la época imperial, pero es de opinar que esta industria se encontraba desarrollándose desde la temporada republicana. Como estaba relacionada con yacimien tos de arcilla en fincas privadas, semeja ser los propietarios de estas, aunque de la clase más elevada, no desdeñaron hacer fábricas en las que se podía emplear la materia prima proporcionada por sus tierras.
clases iban a silenciar sobre esta fundamental conquista plebeya que ha bría sido la admisión a la posesión del ager publicus, y a inventar o por lo menos a colorear la regla limitadora de las 500 yugadas? La ley Licinia, cuya violación supone ba simplemente una multa, no introducía naturalmente la expropia ción y esta es una diferencia indispensable para comprender las rela ciones entre las clases en ámbas épocas. Pero las cuestiones sociales no se resolvieron con esto y se alargaron durante bastante tiempo, mientras que la agitación plebeya se orientaba a otros objetivos. Un tema que reaparece en las luchas plebeyas era el de las deudas. Está que se encuentra en la tradición de la edad mucho más antigua.
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p. 164 Lindsay. El mito es re cordado asimismo en monedas y en el bronce de tamaño natural del Museo Vaticano. fa st. I, 353; Gel.
XXII, 600; Ambr. X, 10, PL. XV 1806 s.; defid y también II, 16, 140, PL.
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Han florecido, en tanto que, múltiples críticas, que se tienen la posibilidad de resu mir en unas explicaciones primordiales. Los patricios eran los descen dientes de los creadores de la zona, divididos en las tres tribus ori ginarias, los plebeyos las poblaciones vencidas del campo, a las cua les en el curso del tiempo se agregaron también los clientes, cuya de pendencia había cesado merced a la extinción de la gens. Según otros la plebe era, en cambio, idéntica a la clientela, o surgió de ésta tras haberse sacudido las viejas cadenas y reivindicado una condición pa reja a la de los ciudadanos. El avance histórico-jurídico habría si do, puesto que, desde la condición de incapacidad jurídica de la clientela a la de aptitud de la plebe, o sea, la transformación de semilibres en completamente libres. Para otros la explicación debe de buscarse en di ferencias étnicas y hasta raciales, sabinos patricios y latinos plebeyos o etruscos patricios y latinos plebeyos, o albanos patricios y Sabinos plebeyos. Después se pasa a varias teorías raciales.
La villa ro mana de Siédena, «PV.», 1950, 9 ss. Sobre el latifundio Etienne, Le probléme historique du latifonde, «Mél. de la Casa de Velázquez», 11, 193 ss. Sav.», 1970, 17 ss.; Galliou, Les industries de salaison en Armorique romaine, Caesarodunum, 1975, 141 ss.; Galliou-Sanquer, L ’industrie du garum et des salaisons en Armorique romaine, ibidem, 157 ss.
No acercamiento inscripciones de la temporada republicana sobre tuberías de plomo ILLRP. II. En los n.°s 1261 y 1262 hay masas de plomo con el nom bre impreso, halladas una en un naufragio cerca de Madhia en Africa y otra en Carthago Nova. Los nombres de Desnarigado y Russino de la primera están asimismo en otras masas. y romanos que habían predeterminado su centro de actividad en viejas ciudades campanienses. Asimismo las fábricas de Ruvo y Cana, en Apulia, generaban cerámica en relieve, pero no entendemos bastante so bre su administración. Como mucho más adelante observaremos, varios nombres son de libres, señal de que estas actividades productivas no se ejercitaban aún, en los siglos III-II, a través de esclavos.
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