cuestiones sobre Los Hijos De Eli

los hijos de eli

Estos 2 hijos eran los “herederos” del puesto de supremo pontifice. Pero el hecho que mueran no significa que el sacerdocio en Israel terminará. Ocasionalmente Dios va a alzar otros sacerdotes que van a honrar a Dios.

Tanto los filisteos idólatras como los israelitas apóstatas habían gozado de las limosnas de su providencia. Diez mil misericordias desapercibidas caían serenamente sobre la senda de hombres desagradecidos y rebeldes. Cada bendición les charlaba del Dador, pero ellos eran indiferentes a su amor. Muy grande era la tolerancia de Dios hacia los hijos de los hombres; pero en el momento en que ellos se obstinaron en su impenitencia, apartó de ellos su mano protectora. Se negaron a oír la voz de Dios, que les charlaba en sus proyectos creadas y en las observaciones, las reprensiones y los consejos de su Palabra, y de esta manera se vio obligado a hablarles a través de sus juicios. Dios no podía comunicarse con el supremo pontifice ni con sus hijos; sus errores, como espesa nube, excluían la presencia del Espíritu Santurrón.

Elí

Aunque lo realmente grave era el abuso de poder y el irrespeto por la ofrenda del pueblo a Dios. Se creían mediadores y con la autoridad de disponer de la fe del pueblo. Los hijos de Helí eran hombres desalmados, que ignoraban a Yahvé y las obligaciones de los sacerdotes para con el pueblo. Este juicio no indujo a los sobrevivientes a arrepentirse de su pecado, sino solo a estimar el arca con temor supersticioso. Deseoso de liberarse de su presencia, y no atreviéndose, sin embargo, a trasladarla a otro localización, los bet-semitas enviaron un mensaje a los pobladores de Quiriat-jearim, para invitarlos a que se la llevaran. Con colosal regocijo los hombres de tal rincón dieron la bienvenida al arca sagrada.

No desearon mudar su mal camino, en el momento en que fueron reprendidos de las secuelas de su pecado. Esta irreverencia por la una parte de los sacerdotes no tardó en desposeer los servicios de su significado santurrón y solemne. Eli, si bien había sido nombrado a fin de que gobernara al pueblo, no regía bien su casa.

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Amaba a sus hijos, pero no lo suficiente para tomar medidas con ellos. Más allá de que Eli no podía alterar los corazones de sus hijos, podría haber evitado su ministerio tan blasfemo ante el Señor. En cambio, “él no los impidió.” Él deseaba ser amable con ellos, pero era una amabilidad falsa y equivocada. Una corrección en el instante oportuno los habria salvado de la ruina. Eli no precisaba ser duro con ellos, sino estable y decidido con relación a la obediencia. Esa fue la causa por la cual Dios vio que los 2 hijos de Eli fueron tan rebeldes y soberbios.

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Mas los hijos de Elí eran hijos de Belial; no conocían al SEÑOR. Mas los hijos de Elí eran hijos de Belial, y no conocían a Jehová. Los descendientes de Elí siguieron en el trabajo de Sumo Sacerdote hasta el tiempo de Salomón. En ese instante, Abiatar , que había apoyado la candidatura de Adonías para el trono, fue sustituido por Zadoc, poniendo de esta manera fin a la línea de Elí. Este acontecimiento se menciona en como el cumplimiento de la profecía contra la vivienda de Elí. Después, los hijos de Elí fueron asesinados mientras acompañaban el Arca del Pacto en una guerra contra los filisteos.

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Pero en medio de la impiedad el niño Samuel permanecía leal al cielo, y fue comisionado, como profeta del Altísimo, para ofrecer el mensaje de condenación a la vivienda de Elí. A Elí, como sumo sacerdote y juez de Israel, Dios lo consideraba responsable por la condición moral y religiosa de su pueblo, y en un sentido muy especial, por el carácter de sus hijos. Él debió haber procurado reprimir primero la impiedad por medidas benignas; pero si estas no daban desenlaces positivos, debió haber gobernado el mal por los medios más severos. Provocó el desagrado del Señor al no reprender el pecado ni efectuar justicia sobre el pecador. No se podría confiar en él para que sostuviera puro a Israel.

“No me cuentes nada, ¿donde está el arca?”, ha dicho Elí. Si me quieren tratar de puritano, adelante, pero yo no puedo aceptar que eso sea de esta manera. No puedo admitir que estemos en adulterio y justifiquemos nuestro pecado, y nos paremos adelante a predicarle a una cantidad enorme de personas. No puedo aceptar que estemos jugando con el pecado — en especial los que somos ministros de Dios.

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Los filisteos llevaron el arca en procesión triunfal a Asdod, una de sus cinco ciudades principales, y la pusieron en casa de su dios Dagón. Se pensaban que el poder que hasta el momento había acompañado el arca sería de el, y que, unido al poder de Dagón, los haría inmejorables. Pero al ingresar en el templo al día después, presenciaron una escena que los llenó de consternación. Dagón había caído de bruces al suelo en oposición al arca de Jehová.

Exactamente el mismo hijo de Elí, Ofni, fue un sacerdote malo que cometía fornicación dentro de los muros de la casa de Dios. Finees, asimismo era un sacerdote deslizado y adultero la lujuria rampante la que trajo vergüenza al templo. Por años, su pesarosa mujer había vivido con la advertencia profética timbrando en su oído, traído por un profeta no identificado a la casa de Elí.

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