5 Faciles Hechos sobre La Blasfemia Contra El Espiritu Santo

la blasfemia contra el espiritu santurrón

En cambio, el pecado contra el Espíritu Beato se distingue, por oposición, del pecado contra el Hijo del hombre, como se ve en Mt 12, 32. No son, ya que, lo mismo el pecado contra el Espíritu Santurrón y el pecado de malicia manifiesta, pues las cosas que tienen contrarios opuestos son asimismo distintas entre sí. Viene ahora tratar singularmente de la blasfemia contra el Espíritu Santurrón. Jorge un tanto tarde no se qué responderte si tu lo afirmaste con tu boca y lo afirmaste y eres hijo de Dios,nacido de Dios se supone que es blasfemia contra el Espíritu Santurrón noce que decirte la realidad solicitud con tus pastores, bendiciones. Lea muy realmente bien el producto porfavor, y te vas a hablar que al poder decir que deseas volver con Dios, eso ya es señal que no se ha cometido el pecado imperdonable.

Los fariseos no pecaban en ignorancia, ni en un impulso del momento, sino más bien de manera premeditada y contra su conciencia de lo que Cristo hacía. La palabra tradicional no es considerablemente más que una transliteración del heleno “blasfemia” que viene de la unión de los palabras blapto y feme (dicción). Significa entonces injuriar, calumniar, vituperar, difamar o hablar mal. En tercer ubicación declaró su triunfo sobre Satanás diciendo que absolutamente nadie puede “ingresar en la casa de un hombre fuerte y sacarle sus elementos salvo que primero ate al hombre fuerte”. Jesús señalaba que precisamente él había llegado a la tierra para deshacer las proyectos del demonio y dejar en independencia a sus cautivos.

¿cuál Es La Bendita Promesa Que Dios Hace A Sus Fieles Seguidores, Esos Que Lo Coronan Como Señor De Sus Vidas?

Ha llegado a un punto límite, y si no se había configurado su paracaídas nada va a poder salvarlo de una muerte segura. Pero hay algo peor que le puede ocurrir a un sujeto. Algo peor es llegar a un punto de no retorno en nuestra relación con Dios. Sin embargo, hay millones que de manera rápida llegan a este instante sin promesa y no lo reconocen. ¿Cuál es este horrible pecado que lo transporta a uno a esa situación agobiada?

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Transformarse Y Recibir Perdón

Lo que se sabe, -como lo ofrece San Agustín, sermones, 71- es que el Señor nos solicita, no exhibirnos rebelde al don del Espíritu Beato, por cuyo don se trabaja el perdón de los fallos. Blasfemar contra el Espíritu Santurrón en este tiempo presente quiere decir que uno de forma repetida y consciente ha embrutecido su corazón contra la verdad y sigue en la incredulidad. Lo que uno hace es llamar el Espíritu Santurrón mentiroso, y esto de todos modos es una blasfemia. No hay perdón para un individuo que muere en la incredulidad, que de forma continua ha rechazado las inspiraciones del Espíritu Beato. Pero mientras que sientas que Dios obra en ti y te llama, quiere decir que todavía hay promesa para ti. Contestemos esta pregunta con ciertos ejemplos bíblicos.

En la actualidad, se puede cometer al negar el testimonio del Espíritu de que Jesús es el Salvador. Esto hace visible que un católico no puede cometer la blasfemia contra el Espíritu. Los blasfemos contra el Espíritu son descreídos que fueron embrutecidos por su rechazo constante a Jesús. Por tanto, este pecado no debe preocupar al fiel. Un leal jamás cometerá la blasfemia contra el Espíritu, ya que ha recibido el testimonio del Espíritu sobre Jesús. Como la confesión de fe no solo radica en la manifestación con la boca, sino además en la confesión con la obra, de esta forma también la blasfemia contra el Espíritu Santo se puede deducir en la boca, en el corazón y en la obra.

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Llego a la conclusión que ofende Al Espíritu Beato, quien mas conoce de su obra y su Felicidad, y vive en maldad activa aun intentando de eliminar a un hermano, a un ministro, a un líder, y aún a una Iglesia completa, y más allá de que el Y también.S. Le charla sea por una predicación, por un himno, u otro medio este endurece su corazón y elige consumar su maldad. La Biblia nos muestra que la gente que agradaron la Felicidad de Dios, y volvieron atrás según La carta a los Hebreos son a los que les aseguran que no queda más sacrificio para ellos. El tema no es que Dios no consigua perdonarlos, sino que ellos, a intención desechan la Felicidad de Dios conscientemente, y se endurecen para toda la existencia.

Estas personas atribuyeron la obra del Espíritu Santurrón a una actividad demoniaca. En esencia, ellos charlaron contra el Espíritu y le blasfemaron al negarle y negar su testimonio de Jesucristo. ¿De qué manera podéis charlar lo bueno, siendo malos?

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Negarse a obedecer se ajusta a la obstinación; emular la penitencia es impenitencia; el cisma se aúna a la envidia de la felicidad fraterna en que se unen entre sí los pertenecientes de la Iglesia. La obstinación y la impenitencia difieren no por su relación con el pasado o el futuro, sino por ciertas causas formales derivadas de la diferente consideración que hay que tener en consideración en el pecado, como hemos expuesto. El pecado de desesperación o de presunción no reside en no opinar en la justicia o en la clemencia de Dios, sino más bien en despreciarlas. La impenitencia semeja referirse a pecado pasado; la obstinación, en cambio, a pecado futuro.

Los dos contenidos escritos presentados se toman como paralelos por casi todos los comentaristas, sean cesacionistas o carismáticos, exactamente el mismo John MacArthur lo toma de esta manera. “Usted tiene la posibilidad de apagar al Espíritu, puede verter el agua de su pecado sobre su fuego de santidad. El Espíritu es un sujeto y Él se estremece, se lamenta y está angustiado por nuestro pecado”(Sed llenos de Espíritu-Parte 1, John MacArthur). Una perspectiva hermenéutica pentecostal puede interpretar el texto de Tesalonicenses como pertinente al poder sobrehumano de éste, más que nada por ligarlo a la profecía.

• Aguantar al Espíritu Santo es horriblemente arriesgado ya que de manera fácil transporta al rechazo del Espíritu Santurrón este es el pecado que Dios jamás puede perdonar.
• No resistamos a el cariño tan enorme que Dios tiene para nosotros.

El pecado de la blasfemia contra el Espíritu Santurrón es un verdadero peligro. No en balde incluye la Palabra de Dios observaciones tan severas. Pero también debemos percatarnos de la futilidad de aguardar señalar esos que han cometido el pecado imperdonable. ¡No es posible la blasfemia al Espíritu Santo, Jesús ya no está en la tierra! Este razonamiento lo he escuchado en tantas ocasiones, tanto de boca de cesacionistas hasta como un razonamiento de precisamente exactamente los mismos pentecostales (por mucho más contradictorio que suene). Un sinfín de fieles piensan que no es posible blasfemar contra el Espíritu y que las palabras del Señor Jesús sencillamente fueron “una enseñanza” para nosotros.

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