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lepra en la biblia
Aun en el lote del pensamiento de la vida eclesial, algunas tendencias benefician la decadencia del sentido del pecado. A esto hay que añadir la confusión construída en los fieles por la divergencia de críticas y enseñanzas en la teología, en la predicación, en la catequesis, en la dirección espiritual, si es que queda alguna, sobre cuestiones graves y frágiles de la moral cristiana. Detallar nuevamente el sentido justo del pecado es la primera forma de enfrentar la grave crisis espiritual que perjudica al hombre de nuestro tiempo.
Éxodo 2.4, 7, 8 cuenta que una hermana del niño Moisés observaba la arquilla de tallos en que este fue echado al río; probablemente se tratara de Mirian. Ella dirigió a las mujeres israelitas en el canto y danza de alabanza después que cruzaron el mar Rojo (Éx 15.20, 21), y adjuntado con Aarón se rebeló contra Moisés en el instante en que este se casó con una cusita. En tiempos posteriores se recordaba a Mirian como líder junto con sus hermanos (Miq 6.4). Aquí se casó con Séfora, la hija del sacerdote Jetro (Éx 2.21), que según 2.18 se llamaba Reuel. Este período le fue de no menor relevancia que el tiempo de su educación en la corte del faraón.
¿qué Es La Lepra Y Por Qué Razón La Biblia La Menciona Tanto
En algunas traducciones de este libro se relata que el enviado de Dios a la Tierra sería considerado como un “leproso”, al tiempo que en otras unicamente se charla de que sería humillado. Si bien Jesucristo no era clínicamente un leproso, sí causó tanto miedo y rechazo tal y como si lo fuera en la sociedad a la que llegó. En este sentido, la lepra por el momento no es una patología para transformarse en un estigma habitual (aunque para varias personas esta “lepra” de Jesucristo fue tomada como una señal de que los enfermos de lepra eran personas santas). De hecho, según el Viejo Testamento, los leprosos debían ser excluidos de la sociedad y retirados de los asentamientos humanos para vivir apartados por el resto de su historia.
El sujeto era apartado del resto del campamento y después era meticulosamente examinado para garantizar que ya no tenía la bacteria. Como la lepra afecta el cuerpo, probablemente halla cosas que estén afectando nuestra vida espiritual, y nos alejan de la comunión con el Señor, tal como la lepra provocaba el aislamiento de la persona, ya que no podían entrar al tempo ni convivir con su familia, ni en sociedad con sus hermanos. Es requisito que abramos nuestro corazón a Dios, así como sanó y limpió a Naamán puede llevarlo a cabo el día de hoy con nosotros. Hace como Jesús limpió a diez leprosos en los evangelios, puede eliminar de nuestra vida aquello que incordia nuestro caminar. Mas el SEÑOR hirió al rey con lepra, y fue leproso hasta el día de su muerte, y habitó en el hogar separada, y Jotam hijo del rey tenía el cargo del palacio, rigiendo al pueblo de la tierra. Mas el SEÑOR hirió al rey con lepra, y fue leproso hasta el día de su muerte, y habitó en la vivienda separada, y Jotam hijo del rey tenía el cargo de la vivienda, juzgando al pueblo de la tierra.
Leyes Acerca De La Lepra
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Gracias a la connotación religiosa de la lepra, el sacerdote era el responsable de saber cuando un leproso estaba curado. En el instante en que un enfermo se daba cuenta que las máculas de su piel habían desaparecido, se presentaba en oposición al sacerdote a fin de que este confirmara la desaparición de la patología. Observemos, en nuestro artículo, que Jesús manda a los leprosos al sacerdote. El término espiritual de la lepra seguirá estando en Occidente a partir del conocimiento bíblico y expandido por el término levítico de impureza. Del Viejo Testamento pasará al Nuevo, en el que prosigue la idea de que la lepra se purifica, si bien Jesús cura a los leprosos (Lc ) apartando por vez primera los conceptos curación del cuerpo y salud espiritual por la fe.
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El viejo Testamento (Pentateuco, Levítico) establece el concepto de leproso. Estudiando los contenidos escritos viejos de las distintas etnias de Oriente, se ha podido observar y anotar informaciones de esta patología ya en documentos tan viejos como el Papiro Brugsch (2.400 a.C.). Los hebreos usaban la palabra juzam para concretar la elefantiasis griega o lepra actualizada y juzam será traducida al latín a través de la palabra griega lepra, precisamente la misma palabra utilizada por los viejos helenos para designar una sucesión de diferentes lesiones de la piel. Más allá de que tsara´ath se acostumbra interpretar por lepra, sólo la tsara´ath ha-metsah es la lepra leonina. Visto que se curaba la tsara´ath en días o semanas apunta que no en todos y cada uno de los casos se trataba de lepra. Gary es escritor y coordinador de contenido para el software de integración-bíblica de American Bible Society.
La enfermedad de Job se ha planeado que pudiese ser lepra, pero el prurito que dice sentía y que era tan profundo que tenía un tiesto para rascarse con él, no acostumbra presentarse en la lepra. Mucho más bien recuerda a algún padecimiento dermatológico del tipo del prurigo. No obstante asegura Job que su piel se ha ennegrecido y se le cae y sus huesos le arden de calor. El Rey Uzías fue leproso (Cr 26, 21-23) hasta el día de su muerte y habitó leproso en una casa alejada. Uzías u Ozías parece ser exactamente el mismo que el Azarías de 2 Re, que se había sublevado contra Jehová. En el Viejo Testamento, libro sagrado de los hebreos, hay repetidas engañas, sobre todo en el Levítico, de la impura enfermedad famosa como tzaraat.
57Y si apareciere de nuevo en el vestido, la urdimbre o trama, o en alguno cosa de cuero, extendiéndose en ellos, quemarás al fuego aquello en que estuviere la plaga. 46Todo el tiempo que la llaga estuviere en él, será inmundo; estará impuro, y habitará solo; fuera del campamento será su morada. 42Mas en el momento en que en la calva o en la antecalva hubiere llaga blanca rojiza, lepra es que aflora en su calva o en su antecalva. 41Y si hacia su frente se le cayere el pelo, es calvo por delante, pero limpio.
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La patología de la lepra, o de Hansen, fue denunciada hace considerablemente más de 3000 años. Fue interpretada como una maldición de dioses, o el castigo del pecado, o de una patología hereditaria. Nueve de los diez leprosos se dirigen hacia Jerusalén para presentarse frente al sacerdote, para que sea constatada su purificación y se reincorporen a la vida judía con normalidad. Esto es, descubrieron un mínimo en su crónica, la posibilidad de regresar a la situación en que estaban antes de contraer la lepra. Los leprosos obedecen la orden de Jesús y se dirigen donde los sacerdotes.
Y lo que sobrare del aceite que el sacerdote tiene en su mano, pondrálo sobre la cabeza del que se purifica, para reconciliarlo enfrente de Jehová. También va a poner el sacerdote del aceite que tiene en su mano sobre la ternilla de la oreja derecha del que se purifica, y sobre el pulgar de su mano derecha, y sobre el pulgar de su pie derecho, en el lugar de la sangre de la culpa. Y con su dedo derecho rociará el sacerdote del aceite que tiene en su mano izquierda, siete ocasiones enfrente de Jehová.