seguramente la mejor Contestación sobre Pedro Niega A Jesus

pedro niega a jesus

Y sucedió que uno de los que estaban con Jesús, extendiendo la mano, sacó su espada, y asimismo lastimando al siervo del supremo pontifice, le cortó la oreja. Pedro vio que Jesús lo miraba y recordó las expresiones que Jesús le había dicho. 54Y prendiéndole, le llevaron, y le condujeron a casa del supremo pontifice.

No obstante, no tuvieron la bastante fuerza para subir una plegaria al Padre, puesto que se quedaron dormidos, con lo que Jesús les enseñó que debían permanecer observadores en oración, algo que en ese momento no pudo cumplir. En ese instante está claro que a Pedro le costó aceptar ser seguidor de Jesús, pues eso implicaba abonar un sobresaliente precio, que lo llevaría hasta perder su historia. Por este motivo, en su humanidad el acto de esa forma trayendo consigo una gran enseñanza para todos aquellos fieles en el Señor.

Quiere, Pedro Desea Hasta El Momento En Que Duela

Esa mujer había puesto en aprietos a Pedro en ese instante, pues las acusaciones le llegaban por doquier situación que causó el miedo de este hombre que había prometido a Jesús su lealtad, pero que en el momento de la crisis perdió los estribos al punto de denegar a Jesús. En el momento en el que Pedro niega a Jesús se cumple la palabra de Dios que charla sobre los leales en Jesús, que son esas ases en la mitad de la obscuridad, consecuentemente va a ser aparente delante del resto que son sus discípulos. Por otra parte, Pedro actuó de esa forma para no ser juzgado con lo que estaban a su alrededor, y denegar por su parte lo que en su crónica había ocurrido, puesto que era ineludible su parecido a Jesús, ya que él había adoptado todo lo que él les había enseñado.

Eso solo lo conocía Jesús en su ovniciencia. Para que se deje de elucubrar y razonar como hombres, el señor nos dio algo apreciado para conservar la sana doctrina, nos dio profetas y apóstoles y el Espíritu Beato para lograr discernir la realidad del fallo, dejemos las fábulas aún lado. Toda reflexión o meditación respecto de las escrituras es parte de nuestro desarrollo espiritual. Sin embargo, en lo personal quiero la claridad que nos presentan los profetas, respecto de lo que nosotros tenemos que HACER para no semejarnos a Judas, traicionando a Jesús, ni semejarnos a Pedro en su negación. Las motivaciones o las justificaciones de los dos apóstoles las comprende bien Jesucristo, y yo no necesito profundizar en ello.

Cristo le pidio o le mando algo que iba en oposición a su hombre natural. El negarlo fue una prueba de que el era obediente a Cristo. Gracias por poner un criterio diferente. Gracias por abrirnos un tanto mas nuestro entendimiento. Siempre y en todo momento y en todo instante he soñado al apóstol Pedro como un hombre osado, vehemente, arriesgado, estas no son las características de un cobarde sino más bien las especificaciones de un hombre valeroso.

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Aquel que llenaría de fortaleza a sus hermanos y tendría las facultades de regir sobre su Iglesia. Simón Pedro, un pescador con una vida fácil. Sin enormes pretensiones quizás, pero con un corazón sediento de Dios.

Jesús envió a sus acólitos de dos en 2. Todos necesitamos el acompañamiento de otros cristianos. Ningún Hijo de Dios debería llegar a la conclusión de que puede vivir bien sin la iglesia, sin la asistencia de otros cristianos.

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Pensemos durante un momento en el encontronazo que esto causó en Pedro al oír cantar al gallo. Fue en ese instante que Pedro recordó lo que Cristo le había dicho sobre su débil valor en defenderlo; sí, que aun él, el valeroso e intépido Pedro, podía flaquear y aún negarle. Sí, Pedro había sido escogido para ser quien apasentara las obejas del Señor en su nombre, y debía tener enorme valor y celo al cumplir esa misión. De ahí que Cristo deseó incomodarlo con la insistente reiteración de la interrogante de que si realmente lo amaba lo suficiente, y de tal manera, que nuestro Pedro dudara y se preguntara que por qué sería posible que Cristo creyese que no era de esta manera.

Los hombres que custodiaban a Jesús se burlaban de él y lo golpeaban. Entonces Anás lo envió atado a Caifás, el sumo sacerdote. al tiempo que Pedro se quedó afuera, a la entrada. Pero salió el acólito que era popular del supremo pontifice, le conversó a la portera, y también logró que Pedro entrara.

Deseo realizar mis cosas y no tener que rendirte cuentas de lo que hago. Ayúdame a correr hacia Ti en el momento en que falle. Gracias por el hecho de que siempre andas cerca de mí con los brazos libres para disculparme, quererme y restaurarme.

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• Hay asimismo una disputa sobre quién de ellos es el mayor.

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