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jose en la biblia
Primero, él no ganaba nada para sí mismo con estas maquinaciones. Él había recibido una bendición de Dios y sus acciones tenían el propósito exclusivo de transformarse en una bendición para otros. Él ha podido haberse aprovechado de la situación agobiada de sus hermanos y demandarles con rencor una mayor suma de dinero, a sabiendas de que ellos habrían dado todo por subsistir. Segundo, sus acciones eran principales para lograr sugerir las bendiciones.
Él mismo estaba cubierto de todas las muestras de amor y favor que el presidente de Egipto podía dispensar; y feliz en la compañía de su hijo por consiguiente tiempo perdido, descendió quieta y apaciblemente al sepulcro. Poco tiempo después, José llevó asimismo a su padre para presentarlo al rey. El patriarca era extraño al ambiente de las cortes reales; pero en la mitad de las geniales situaciones de la naturaleza había tenido comunión con el Monarca mucho más poderoso; y en este momento con consciente superioridad, levantó las manos y bendijo al faraón. Los hermanos desgarraron su ropa en señal de profundo mal, y regresaron de manera lenta a la localidad. Según con su promesa, Benjamín se encontraba culpado a una vida de esclavitud. De acuerdo con las leyes de casta, a los egipcios se les prohibía comer con gente de cualquier otra nación.
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(Isaías 59,2) Dios quiere a quienes Él creó, y desea bendecirlos. Pero no lo puede llevar a cabo cuando el pecado está en el medio. Hasta entonces, los ismaelitas llevaron a José a Egipto y lo vendieron como esclavo a un oficial del faraón, un egipcio de nombre Potifar. Otra cosa a tener en consideración, explica Prudencstein, es que con frecuencia la Biblia hace una compresión de múltiples hechos que ciertamente ocurrieron para que encajen todos en la biografía de un solo personaje. “Hubo un perfecto editor que logró la historia considerablemente más sencilla, pero no quiere decir que todas y cada una esas cosas no sucedieron en el contexto de los antiguos hebreos”, añade.
Acuérdate de Nabucodonosor rey de Babilonia, lee esa historia en la Biblia. Y con esa vara que mides serás medido, Dios tenga misericordia de ti, es horrendo caer a cargo de un Dios vivo. https://t.co/uducq3aHsE
— jose Luis Pérez (@kelysaular) April 20, 2021
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mujer de José murió, según ley de todo nacido, dejando a su hijo Jacobo de corta edad. Lourdes, yo te aconsejaria iniciar por los evangelios de alli podras ver con otra optica toda la biblia. si bien los evangelios son posteriores es preferible comenzar por alli, luego al leer el A.T. y si empiezas por el AT seria mejor iniciar por el deuteromio, en tanto que alli tenes organizada la crónica de la salvación.
- Al ver José la mala conducta de sus hermanos, se afligía mucho; se atrevió a reprenderlos de manera delicada, pero esto despertó tanto mucho más el odio y el resentimiento de ellos.
- Toda su vida futura dependía de la decisión de ese momento.
Se prosiguió el mismo trámite a lo largo de los siete años de abundancia hasta el día de hoy en que la proporción de granos guardados era incalculable. En el momento en que se empezaron los años fructíferos han comenzado los preparativos para el hambre que se acercaba. Bajo la dirección de José, se edificaron inmensos graneros en los sitios primordiales de todo Egipto, y se hicieron extensos preparativos para preservar el excedente de la aguardada cosecha.
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Venid, vendámoslo a los ismaelitas y no pongamos las manos sobre él, en tanto que es nuestro hermano, carne nuestra. Y José tuvo un sueño y en el instante en que lo contó a sus hermanos, ellos lo odiaron aún mucho más. “Estas bendiciones son opciones basadas en la leal devoción a la causa de la verdad y deben ser ganadas.
Sin embargo, sus hermanos replicaron que preferían morir que ver padecer nuevamente a su padre, quien ya padeció el dolor de la pérdida de un hijo predilecto y no podría regresar a aguantarlo. Pero la sequía y escasez siguieron y, tras bastante insistir, Rubén y Judá lograron que Jacob transigiera, y los hijos de Jacob volvieron a Egipto con Benjamín. Al volver a Egipto, los hijos de Jacob fueron recibidos por el maestresala de José, que les dijo que no debían preocuparse por el dinero y además de esto los reunió con Simeón. Todos fueron invitados a la vivienda de José, a quien le brindaron regalos de una parte de su padre. José se alegró singularmente de ver a Benjamín tras tanto tiempo, hasta el punto de retirarse a sus habitaciones a plañir de la emoción.
En su consternación regresaron todos a casa de José, y se ofrecieron a mantenerse como sus siervos en Egipto, una oferta que José rechazó, declarando que solo retendría a Benjamín. Entonces Judá se ruega muy patéticamente que, por el bien de su adulto mayor padre, Benjamín debe ser despedido libre, y que se le dejara a él mantenerse en el sitio de su hermano como siervo de José. Fue entonces en el instante en que José se dio a comprender a sus hermanos, calmó sus temores, y los envió de vuelta con una apremiante convidación a Jacob a venir a instalarse en Egipto (caps. , 24). Como José, el hijo considerablemente más amado de su padre, fue vendido como esclavo por sus hermanos envidiosos y llenos de amargura.
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En su juventud, José tuvo dos sueños relacionados con él y su familia y decidió contarlos. En el primer sueño él se vio en el campo al lado de sus hermanos atando gavillas . De repente, su gavilla se levantó muy recta al paso que las gavillas de sus hermanos se inclinaban en frente de la suya.
Entonces, ¿era o no José el señor rico no egipcio que habitaba esa casa de Avaris y cuya estatua vestía una túnica de colores? Tal vez fuera “otro” asiático migrado a Egipto, puesto que hubo una constante llegada de gentes del desierto atraídas por la fertilidad del valle del Nilo y la riqueza de una civilización superior. Una dificultad para aceptar la muy seductora hipótesis de Rohl -nos advierte Prudencstein- es que José era el nieto de Isaac, hijo de Abraham. Su crónica ha de ser cronológicamente posterior a la de los patriarcas. Hay entonces grandes opciones de que la crónica de José fuera concebida desde la descripción de un contexto muy específico, situado tras los capítulos vividos por los patriarcas. Su relato deriva de las biografías de Abraham, Isaac y Jacob.