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Por qué razón Absolutamente nadie está Opinando Debora En La Biblia

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Prácticamente todos los planos de Palestina habían ahora cedido por fuerza de los cananeos. Jabín, el rey de estos, radicaba en Hazor y controlaba a Israel a través de sus fuerzas armadas. Tenía un fuerte ejército, de manera especial inquietante por sus novecientos vehículos herrados.

Y reunió Sísara todos sus vehículos, novecientos automóviles herrados, con todo el pueblo que con él se encontraba, desde Haroset-goim hasta el arroyo de Cisón. Regía en aquel tiempo a Israel una mujer, Débora, predicadora, mujer de Lapidot; y acostumbraba sentarse bajo la palmera de Débora, entre Ramá y Bet-el, en el monte de Efraín; y los hijos de Israel subían a ella a juicio. Tras la desaparición de Aod, los hijos de Israel volvieron a realizar lo malo frente a los ojos de Jehová. Y Jehová los vendió en mano de Jabín rey de Canaán, el cual reinó en Hazor; y el capitán de su ejército se llamaba Sísara, el que habitaba en Haroset-goim. Entonces los hijos de Israel clamaron a Jehová, por visto que aquel tenía novecientos vehículos herrados, y había oprimido con crueldad a los hijos de Israel por veinte años.

Débora (jueces 4

Es ella la que recibe el mandamiento de Dios, las ideas de la organización y la fuerza para que hombres arriesgaran su vida en la seguridad de que Dios lo había ordenado por boca de su predicadora. Lo lógico sería que ella asimismo tomara el primer ubicación en la batalla o recibiera la fama por la victoria. La frase enigmática que dice por visto que Dios entregará a Sísara a cargo de una mujerno tiene aplicación en Débora sino, mucho más bien, en Jael. La profetisa Débora entendió claramente que su vocación era proclamar la palabra de Dios que venía a solucionar el inconveniente de opresión que sufría el pueblo. Ahora conoces que la temporada de los enormes jefes ha acabado. Ella animó al general Barac a combatir contra Sísara, jefe del ejército de Yabín, rey cananeo.

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C La Derrota De Israel De Sísara.

24Y la mano de los hijos de Israel fue endureciéndose cada vez más contra Jabín rey de Canaán, hasta que lo destruyeron. 23Así abatió Dios aquel día a Jabín, rey de Canaán, enfrente de los hijos de Israel. 17Y Sísara huyó caminando a la tienda de Jael mujer de Heber ceneo; por visto que había paz entre Jabín rey de Hazor y la vivienda de Heber ceneo. 16Mas Barac siguió los vehículos y el ejército hasta Haroset-goim, y todo el ejército de Sísara cayó a filo de espada, hasta no quedar ni uno.

Las personas que traducen el producto griego deben seleccionar el sentido que mejor comunique lo que a su juicio desea hacer llegar esta palabra. Para ello, tienen que tener en consideración el producto mismo, otros textos donde hace aparición el término, la tradición y de forma especial de qué forma la iglesia lo ha utilizado. Los Evangelios con sus milagros, parábolas y alegatos, resaltan de qué forma Jesús efectúa su vocación. Esta vocación es lo que le deja negar las tentaciones de Satanás e inclusive las del pueblo y sus acólitos. En múltiples oportunidades estos desean separar a Jesús del cumplimiento de su misión ofreciéndole los reinos de este planeta, el reinado de Israel o la evasión de su destino en la cruz del suplicio.

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Rubén, Manasés Oriental, Dan y Aser no se unieron en la guerra. El pueblo de Jehová marchó por él en contra de los poderosos. Tenemos la posibilidad de pensar en la relación entre el líder y el pueblo como aquel del conductor y la orquesta. El conductor debe dirigir, y la orquesta debe estar lista y dispuesta para proseguir el liderazgo del conductor. En el instante en que el conductor hace su trabajo y la orquesta hace su trabajo, entonces se crea música bella.

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Sin embargo, la epopeya de Débora exhibe peculiaridades importantes. Mientras que Barac estaba asustado de seguir a la guerra sin ella, Débora se encontraba llena de fe en que Dios iba a dar la victoria a Israel. Creyó en la palabra de Dios y actuó según las expresiones de le había dado. Un día Déborah recibió instrucciones visibles del Señor. Debía llamar a un hombre que se llamaba Barac y mencionarle que el Señor Dios le mandó a agrupar diez.000 hombres en el monte de Tabor.

Débora y Barac festejaron con un cántico la liberación de Israel (Jue. 5). Sísara no lo sabía, pero en el fondo, Jael le dio leche y después lo cubrió con una frazada. Como era juez, Débora escuchaba todos los problemas que tenía la multitud. En el instante en que Débora daba audiencia, se sentaban bajo una palmera. Entonces todos esperaban en fila para conseguir charlar con ella. y se sentaba bajo la palmera de Débora entre Ramá y Betel, en la región montañosa de Efraín; y los hijos de Israel subían a ella a juicio.

De modo parejo, Débora escucha, al lado de la palmera, el penar israelita y se lo comunica a Barac a fin de que empuñe las armas contra los opresores. Débora es la predicadora del pueblo, ya que hace comprender a Barac el mal de los israelitas que procuran quien les “juzgue”; esto es, quien “se lleve a cabo cargo de la guerra” que desembocará en la liberación del yugo extranjero. Al fin y al cabo, los israelitas veían en el semblante de Débora tanto al referente ético como al juez que podía librarles de las zarpas de Yabín. No obstante, el importancia de la mujer era imposible en una sociedad regida por varones; de esta manera, Débora, con la intención de “hacerse cargo de la batalla”, jugó la partida del espíritu profético al estilo de María y Aarón, hermanos de Moisés.

Aquello que hacía del ejército enemigo una fuerza increíble era particularmente los novecientos vehículos de hierro que tenía. Estaba capitaneado por Sísara, cuyos cuarteles generales estaban en Jaroset Haggoyim, probablemente la presente El-Haritiyeh, entre Haifa y Nazaret, a orillas del Nahr Muquatt’a (torrente de Cisón), en la llanura de Esdrelón. Al ocupar esta situación en el centro del país, a los cananeos les era viable hostigar a las tribus al norte y al sur, complicando cualquier intento de aunar sacrificios en una empresa común. El enemigo llevaba “veinte años oprimiendo fuertemente” a los hijos de Israel, en el momento en que Débora manifestó que la intención de Dios era la de liberar a Su pueblo. El nombre de Débora significa «abeja», y sus reacciones la definen como alguien que está dispuesto a trabajar en conjunto.

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