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lepra en la biblia
Y rociará siete oportunidades sobre el que se purifica de la lepra, y le va a dar por limpio; y soltará la avecilla viva sobre la haz del campo. En mucha de historia de mundo, la lepra era insanable y de desfiguramiento, que llevó a la sensación del horror y al temor con los cuales miraron a los leprosos. La inyección del aceite de Chaulmoogra era entre los pocos tratamientos que favorecieron por lo menos a algunos pacientes. No obstante, su eficiencia en el largo período era improbada, y las inyecciones eran muy dolorosas. Piden a Jesús que se conmueva, que tenga un sentimiento de pena ante su padecimiento. Quizás, aquel instructor que pasaba -si se conmovía frente a los leprosos- les echase unas monedas o les lanzase algo de comida con la que poder subsistir cierto tiempo mucho más.
- Otros varios errores tienen la posibilidad de hallarse, entre ellos la iniciativa de que la lepra emblanquecía el pelo e inclusive afectaba la ropa o las paredes (se ha premeditado que esta “lepra de las paredes” es en realidad un hongo o quizás simple humedad).
Así continuará este término de enfermedad religiosa en el cristianismo por múltiples siglos. los hebreos van de Ur, en Caldea, para atravesar por espacio de prácticamente tres siglos el Medio Oriente. Indudablemente llevan consigo la lepra y la idea de patología-pecado, patología impureza-castigo. Después de su cautiverio en Egipto se produce el éxodo, y hace aparición el Levítico, otro de sus libros de leyes, escrito por Moisés, en el que codifica y reúne cuantos entendimientos médicos habían conseguida en Egipto, precautorios, sanadores y religiosos.
Cristianos Fracasados Y Restaurados
Y el dinero brindado por Manos Unidas, será remunerado abundantísimamente por Dios, con bendiciones celestiales, pero también temporales. Y como por su naturaleza el mal y el pecado están en contradicción con la naturaleza de Dios, que es amor, no puede ser amado, sino detestado, pues es lo contrario del amor de Dios. Por eso sin odio, que es la otra cara del amor, no hay amor verdadero. La teología católica, padeció de enorme forma el influjo de los teólogos protestantes, de la justificación de la fe sin proyectos y de la paternidad de Dios, que ya no es un padre, sino un abuelo permisivo. Es cierto que Dios es Padre, que goza excusando, pero no es toda la realidad; toda la verdad es que siendo padre nos llama a la conversión, que es proseguir un camino nuevo, a un yugo despacio, y a llevar con su felicidad una carga ligera, pero no a inventar un evangelio selectivo y a la carta.
Fijémonos la utilización en el artículo de la palabra “purificar” o “quedar limpio” para referirse a la curación de estos hombres. La purificación, el quedar limpio, piensa un cambio de afuera en la persona; en este caso concreto la desaparición de las máculas oscuras en la piel. Los diez leprosos, por el sendero, se dan cuenta de que fueron “purificados” de su dolencia. Notemos que de los diez leprosos, nueve siguen su sendero hacia el acercamiento con los curas. Evaluemos todas estas dos reacciones y su reacción ante el prodigio obrado por Jesús.
Mas Jehová hirió al rey con lepra, y fue leproso hasta el día de su muerte, y habitó en la vivienda separada, y Jotham hijo del rey tenía el cargo del palacio, rigiendo al pueblo de la tierra. Mas Jehová hirió al rey con lepra, y fue leproso hasta el día de su muerte y habitó en una casa separada; y Jotam hijo del rey tenía el cargo del palacio, rigiendo al pueblo de la tierra. Desde las viejas prácticas y medidas de higiene y profilaxis por el aislamiento, el incendio de las casas donde hubiera habitado un leproso, hasta nuestros días, muchos y distintos han sido los ensayos para tratar y curar la lepra. En otros muchos sitios aparece como defensor de los leprosos San Jorge, por aquello de la lanza y el dragón al que destruye. Se vió en esta escena alegórica la viva representación de lo que se quería realizar con la lepra, de la lucha contra la lepra. Será en los países nórdicos de Europa donde los centros de salud de leprosos se ponen bajo la advocación de San Jorge y se le toma por patrón de los leprosos.
El leproso revela frente Jesús la manifestación de Dios, por eso se postra en sentido de adoración. Por medio de los siglos, el término “lepra” se ha relacionado con una serie de patologías de la piel de fachada desagradable; en especial las que tenían implicaciones religiosas. “Elephantiasis”, por su lado, mencionaba a la patología famosa hoy como el mal de Hansen, producida por una bacteria. El término hebreo que comúnmente se tradujo por lepra es “zarath” y hace aparición en ocho pasajes del Viejo Testamento. El análisis de esos pasajes expone la naturaleza médica del término y, aparte de esto, destaca el ingrediente espiritual de la expresión. Probablemente la enfermedad llegó a los países del Mediterráneo después de las campañas militares de Alejandro el Grande por la India (326 a.C.).
lepra en la biblia
Nos encontramos muy familiarizados con un seguidor de Jesús que vivió en el siglo XIII, Francisco de Asís. Normalmente nos referimos a él como San Francisco y recordamos su amor por la creación de Dios. Pero antes de su conversión, Francisco era hijo de un rico comerciante, que se vestía y gastaba suntuosamente. Probó suerte en la guerra y en muchos de los placeres que el mundo ofrecía.
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En el momento en que comenzó a tomar seriamente a Jesús, tuvo un acercamiento que alteraría el curso de su vida. Su biógrafo, Tomás de Celano, escribió sobre este acontecimiento que cambió la vida. Mi padre murió en el primer mes del año tras varios años de lidiar con una enfermedad terminal.
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Por servirnos de un ejemplo, posiblemente no se nos deje tomar la Santa Cena ni recibir una recomendación para el templo. Caiga sobre la cabeza de Joab y sobre toda la vivienda de su padre, y jamás falte en casa de Joab quien padezca fluído, ni quien sea leproso, ni quien se sostenga con báculo, ni quien muera a espada, ni quien carezca de pan. Y múltiples leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, pero ninguno de ellos fue limpiado, sino más bien Naamán el sirio. Recuerda lo que el SEÑOR tu Dios hizo a Miriam en el sendero, cuando salíais de Egipto. Manda a los hijos de Israel que echen del campamento a todo leproso, a todo el que sufre de fluído y a todo el que es inmundo por causa de un muerto. La práctica Judía afirmaba que aun no debías de saludar a un leproso, y que debías de estar a seis pies de un leproso.
Eliseo, enterado de los hechos, le recriminó su falta de fe y solicitó ver a Naamán. Antes de localizarlo, sin embargo, le mandó a decir que si se bañaba siete ocasiones en el Jordán se curaría. Naamán se sintió muy decepcionado, ya que había aguardado que el profeta se encontrase con él en persona y le suplicara a Yahveh que lo curara; pero sus siervos lo persuadieron de proseguir el orden de Eliseo, y efectivamente tras sumergirse en el Jordán, recuperó la salud. Sin embargo, el hombre está tan contento con lo que le acaba de pasar que no puede callarse.
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