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que es el pecado
Quien quiera reforzar más sobre el mismo, deberá asistir a los estudios finalizados y pormenorizados de los instructores de la teología en fase de prueba, tal como Owen, Burgess, Manton, Charnock y otros colosales de la escuela puritana. En temas como el que nos ocupa ningún escritos puede compararse con los puritanos. En este momento solo me resta entablar unas conclusiones prácticas que de la doctrina del pecado tenemos la posibilidad de inferir. IV – La compromiso y carácter vil y ofensivo del pecado. En hebreo y en heleno, el pecado significa “errar el blanco” y en los dos idiomas, es un término de tiro con arco. Así que iremos a ir al campo de tiro con arco y disparar ciertas flechas para entender mejor el término de la palabra.
Seamos leales a nuestro Dios que es el que dispone y nos hace saber y saber lo que está bien y lo que está mal alejemonos del pecado y alejamos a los niños del mal sendero ya que tanto nuestro señor como nuestro Dios nos ama.
— Lyly Florea (@FloreaLyly) April 15, 2021
Creó inquietudes en el corazón de Eva y fundamentalmente llamó a Dios mentiroso. La engañó al tergiversar el término de la palabra muerte. No explicó que la desobediencia traería como resultado la muerte espiritual, la separación entre el hombre y Dios. Todo el que comete pecado quebranta la ley; de hecho, el pecado es transgresión de la ley. En el hinduismo, el término pecado (papa en sánscrito) se utiliza de forma recurrente para detallar las acciones que crean karma negativo por violar los códigos morales y éticos, que de manera automática trae consecuencias negativas. O sea diferente del término de pecado en las religiones judeocristianas en el sentido de que “papá” no es un delito en contra de la intención de Dios, sino en contra Dharma, o el orden moral, y el orden propio de uno.
¿cuál Es La Definición Del Pecado?
El mal metafísico no es mal propiamente tal; no es sino la negación de un bien superior, o la restricción de los seres finitos por otros seres finitos. El mal físico priva al sujeto perjudicado de algún bien natural y es adverso al confort del sujeto, como mal y padecimiento. Dios el Padre mandó a Jesús para llevar nuestro pecado en sí. Es un estado fijo en que los hombres están atrapados.
Dado que por fé entendemos que Dios es omnipotente, omnisapiente y toda bondad, es difícil estimar el pecado en Su creación. La presencia del mal es el problema subyacente en toda teología. Se dieron múltiples explicaciones que den cuenta de su vida, que difieren según los principios filosóficos y credos religiosos de sus autores.
Si Él asegura que el homicidio, el adulterio, el hurto… es pecado, es ya que todo eso va en contra de Él, y Él sabe que no es lo mejor para nosotros. No obstante, el hombre sigue su visión, despreciando la ley de Dios y Su intención perfecta. Es como charlar del cáncer con la diferencia que TODOS disponemos pecado y, si no se sana, el diagnóstico es muerte eterna. La buena novedosa es que Cristo vino para perdonar y sanar. Estoy persuadido de que cuanta mucho más luz se tiene, más se llega a entender la pecaminosidad del corazón; por eso cuanto considerablemente más cerca esté el fiel del cielo mucho más debe revestirse de humildad.
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Los creó con la aptitud de tomar resoluciones morales, y de este modo posibilitó que optaran por obrar bien y con integridad. Sin embargo, al concederles esa independencia también dio ubicación a la posibilidad de que optaran por obrar mal. El pecado se originó en la resolución soberana de esos seres de desobedecer a Dios. Él no logró que los seres morales que había creado pecaran. No obstante, ellos optaron libremente por desobedecer Sus mandamientos y Su intención expresa, y de esta manera pecaron. Antes de crear Dios el universo, el pecado no existía, pues solo existía Dios —Padre, Hijo y Espíritu Santurrón—.
Y de esta forma pasa con el hombre en lo relativo a su alma. Podrán agradar el alma bajo determinadas condiciones, pero una vez esta alma ‘se levanta de los muertos’ por el momento no se contentará con estas cosas; las considerará como bagatelas y pérdida de tiempo. En el instante en que un pecador ve su pecado lo único que quiere ver es al Salvador. Experimenta sobre sí los efectos de una enfermedad horrible, y solo el gran Médico puede sanar sus enfermedades. Tiene apetito y sed, y desea el agua de vida y el pan de vida. No tendríamos tanto romanismo en nuestro país si en los últimos veinticinco años la doctrina de la pecaminosidad del pecado podría haber sido predicada.
- El primer efecto del pecado mortal en el hombre es separarlo de su auténtico fin último, y privar su alma de la gracia santificante.
A ciertos no se les imputa pecado, por dado que están cubiertos con el velo del mérito de Cristo. En la doctrina de Lutero, el pecado no puede ser una trasgresión deliberada de la Ley Divina. Su fallo indispensable consiste en instruir que la intención no es libre sino más bien está dirigida siempre ya sea por la concupiscencia o la gracia. La libertad interna no es que se requiere para el mérito o demérito. La independencia no está enteramente destruida, sino tan desgastada que sin la alegría no puede sino más bien pecar. Un acto malo cometido involuntariamente vuelve al hombre responsable (proposiciones en Denzinger-Bannwart, “Enchiridion”, nn. ).
No obstante, hay gran diferencia entre tener pecado (el cual es ser atraído por tus pasiones y deseos) y realizar pecado. Esta distinción está fundamentada en la diferencia entre los elementos objetivos (el objeto en sí, situaciones) y los subjetivos . Por ende, un individuo que toma algo ajeno mientras que considera que es de el, comete un pecado material; pero el pecado sería formal si toma lo extraño en la creencia que pertenece al prójimo, sea esta su creencia correcta o no.
Un elemento total es aquel que, así sea por sí mismo o por la intención del pecador, forma un todo terminado y no está referido a otra acción como una parte del todo. En el instante en que los actos terminados de la intención se relacionan al mismo objeto hay tantos fallos como actos éticamente molestados. Al paso que todo pecado mortal nos distancia de nuestro verdadero fin último, no todos los errores mortales son del mismo modo graves, como se conoce en las Escrituras (Juan, xix, 11; Mat, xi,22; Luc, vi) y además de la razón. Los fallos se distinguen específicamente por sus objetos, los que distancian al hombre no de la misma forma de su fin último. De nuevo, siendo que el pecado no es pura privación sino más bien una mezcla, todos y cada uno de los fallos no destrozan de igual forma el orden de la razón. Los errores espirituales, otras cosas siendo iguales, son mas graves que los errores carnales.
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