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Leemos además la situacion del rey Azarias , a quien «Yahvé hirió con lepra, y estuvo leproso hasta el día de su muerte y habitó en el hogar separada, y Jotán, hijo del rey, tenía el cargo del palacio, rigiendo al pueblo». Aparte de la legislación sobre la lepra contenida en el Levítico, ahora citada, y en Pentateuco, en este momento dicen asimismo que «Varios leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo» . Otra descripción es la que hace Areteo de Capadocia de la patología a la que llama leontiasis, que son las lesiones de la lepra auténtica en la cara que, además de adoptar un aspecto semejante a la cara de un león, padece destrucciones de los huesos. Además la denomina satiriasis, por la piel apergaminada y el apetito sexual que se aprecia en los pacientes. Los Vedas de la India recogen ideas y tradiciones orales muy viejas que se remontan hasta 6.000 a.C.

La opinión generalizada la consideraba como castigo por un pecado cometido. En alguna ocasión así diríase que sucedió, como en la situacion de María, leprosa a propósito tiempo por haber murmurado contra su hermano Moisés (cfr Nm 12,1-diez). También el Siervo tolerante de Yahwéh es anunciado como un leproso, herido por Dios merced a nuestros fallos . En la situacion de Job, también leproso, es acusado por sus amigos de un pecado oculto y horrible que logre argumentar el estado en que está. Naamán (נַעֲמָן “Atrayente”) es el nombre de un general arameo del reino de Aram Damasco, o Siria en la traducción griega, cuya espectacular recuperación de la lepra se cuenta en la Biblia, Segundo libro de los Reyes, capítulo 5. No es extraño, por ende, que la sociedad medieval odiara y temiera a los leprosos.

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Al reflexionar, Francisco creyó que era a Jesús a quien acababa de besar. Humillado y transformado, Francisco no dejó que nada fuera una barrera para ser útil a su prójimo por la causa de Cristo. Él y sus frailes siguieron ministrando a los leprosos cerca de Asís, y al llevarlo a cabo les devolvieron su dignidad humana.

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La genuina lepra que es que ya se conoce por los helenos, se señala, como ahora se ha dicho, con el nombre de elefantiasis. El estudio de esta tradición, contenido en el Viejo Testamento, y su difusión no solo entre el pueblo hebreo, sino más bien después en las religiones derivadas, cristianismo y también islamismo, provoca que se manifieste con su fuerza esta iniciativa de la enfermedad-castigo de Dios. La patología-pecado, la enfermedad-culpa, la patología-mácula, que necesita purificación, limpieza, limpieza, es un término arcaico, de los considerablemente más anticuados en la raza humana. No podía ser, por tanto, extraña a este término de patología-impureza o nosología-castigo de Dios la tradición hebrea.

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29Y lo que sobre del aceite que el sacerdote tiene en su mano, lo va a poner sobre la cabeza del que se purifica, para reconciliarlo enfrente de Jehová. 28También el sacerdote va a poner del aceite que tiene en su mano sobre el lóbulo de la oreja derecha del que se purifica, sobre el pulgar de su mano derecha y sobre el pulgar de su pie derecho, en el ubicación de la sangre de la culpa. 27y con su dedo derecho el sacerdote rociará del aceite que tiene en su mano izquierda, siete veces enfrente de Jehová.

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Jesús les manda a los sacerdotes ” Id a mostrarles a los sacerdotes “. Como decíamos antes la lepra no era únicamente una enfermedad física, implicaba asimismo una concepción religiosa. Un leproso pensaba para sí mismo, que su enfermedad era el castigo por algún pecado cometido; quizás una falta realizada inadvertidamente. Como vemos el término de “lepra” utilizado en la temporada de Cristo abarcaba anomalías de la salud de diferente índole.

25Luego degollará el cordero de la culpa, y el sacerdote va a tomar de la sangre de la culpa, y la pondrá sobre el lóbulo de la oreja derecha del que se purifica, sobre el pulgar de su mano derecha y sobre el pulgar de su pie derecho. 20y hará subir el sacerdote el holocausto y la ofrenda sobre el altar. 18Y lo que quedare del aceite que tiene en su mano, lo va a poner sobre la cabeza del que se purifica; y hará el sacerdote expiación por él delante de Jehová. 17Y de lo que quedare del aceite que tiene en su mano, va a poner el sacerdote sobre el lóbulo de la oreja derecha del que se purifica, sobre el pulgar de su mano derecha y sobre el pulgar de su pie derecho, sobre la sangre del sacrificio por la culpa. 14Y el sacerdote va a tomar de la sangre de la víctima por la culpa, y la pondrá el sacerdote sobre el lóbulo de la oreja derecha del que se purifica, sobre el pulgar de su mano derecha y sobre el pulgar de su pie derecho. 13Y degollará el cordero en el ubicación donde se degüella el sacrificio por el pecado y el holocausto, en el sitio del santuario; por el hecho de que como la víctima por el pecado, de este modo asimismo la víctima por la culpa es del sacerdote; es cosa muy sagrada.

Va y le cuenta al mundo entero lo que Jesús ha hecho por él, y esto causa que el interés y la curiosidad de la multitud aumenten. La situación llega hasta tal punto que Jesús no puede ingresar en ninguna ciudad serenamente, conque elige quedarse por un tiempo en sitios retirados donde no vive completamente absolutamente nadie. De todas formas, personas de múltiples sitios siguen llegando para escucharlo y a fin de que las sane.

22y 2 tórtolas o 2 palominos, según logre; uno será para expiación por el pecado, y el otro para holocausto. 16y mojará su dedo derecho en el aceite que tiene en su mano izquierda, y esparcirá del aceite con su dedo siete oportunidades enfrente de Jehová. 12y va a tomar el sacerdote un cordero y lo va a ofrecer por la culpa, con el log de aceite, y lo mecerá como ofrenda mecida delante de Jehová. 8Y el que se purifica lavará sus vestidos, y raerá su pelo, y se lavará con agua, y va a ser limpio; y después entrará en el campamento, y morará fuera de su tienda siete días.

Los médicos medievales en Europa creerán que la causa de la lepra es el pescado y la leche. Engelbreth creía que la causante era la leche de cabra, en la iniciativa de que la lepra era una pluralidad de la tuberculosis de la cabra. Históricamente debemos nombrar la creencia ahora citada de patología por castigo de los dioses ante una ofensa o transgresión de la ley. Como afirmará Mettler en su época empezaba la confusión entre elefantiasis y liquen de los griegos.

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