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segunda venida de cristo
La segunda venida de Jesucristo, en general llamada el ArrebatamientoA, va a ser un hecho fabuloso, aguardado con ansiedad por los cristianos que hayan pasado por la Tribulación. Habrán tolerado lo malo de las persecuciones y el infierno en el que se va a haber sumido el mundo en todo el gobierno del demonio encarnado, la aborrecible tiranía del Anticristo. Ese va a ser el momento de su liberación, en que van a ser sacados de este mundo y transportados al Cielo para disfrutar de sus maravillas y alegrías. Entonces será en el momento en que se producirá el Arrebatamiento, y no antes de la Tribulación, contrariando un mito que se han tragado múltiples cristianos dedicados y verdaderos. (V. apéndice 1.) Aunque habrán sido tres años y medio verdaderamente bien difíciles, finalmente llegará su liberación.
Cumplidas las premoniciones acerca de la primera venida, ya no hay inconvenientes para distinguir entre las premoniciones relacionadas con sus sufrimientos y aquellas que tienen relación con su gloria. La descripción gráfica de la división del Monte de los Olivos en el momento de la segunda venida de Cristo deja en claro que ningún hecho del pasado puede compararse con SU segunda venida. Los Cánticos, si bien constituyen el libro de adoración del Viejo Testamento, frecuentemente mencionan a la segunda venida de Cristo. Tras una introducción gráfica del justo, en contraste con el malvado en el Salmo 1, el Salmo 2 rápidamente señala la gran contienda de Dios con las naciones.
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De acuerdo va acercándose la nube viviente, todos y cada uno de los ojos ven al Príncipe de la vida. ’Su gloria cubre los cielos, y la tierra se llena de alabanza. Realizar un comprendio de los primordiales hechos relacionados con la venida de Cristo como un evento fundamental. Distinguir los juicios que van a ocurrir antes del milenio, de los que van a ocurrir al finalizar el milenio.
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(Lea Hebreos diez.25; 1 Tesalonicenses 4.14–18; Tito 2.11–14; 2 Timoteo 4.6–8.) En tanto que anhelamos este glorioso hecho debemos proseguir teniendo promesa, gozo y lealtad. Debemos proseguir alabando y glorificando a Dios por las riquezas que nos esperan en el cielo. Observamos ahora muchas de las señales de la venida del Señor, pero no entendemos el tiempo exacto de su venida. Por eso debemos estar seguros que nos encontramos completados aguardando al Señor.
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Por ende, es imperativo que la carne encarnada de Dios parta de la tierra tras llenar la obra que precisa efectuar, ya que viene únicamente a llevar a cabo el trabajo que debe hacer y no a instruir Su imagen a la gente. Aunque Dios ya cumplió la relevancia de la encarnación al transformarse en carne un par de veces, todavía no se manifestará abiertamente a ninguna nación que no lo haya visto antes. Jesús nunca más se mostrará a los judíos como el Sol de la justicia ni va a subir al monte de los Olivos para verse frente todos los pueblos; todo cuanto los judíos vieron fue la imagen de Jesús a lo largo de Su tiempo en Judea. Si bien Jesús les prometió a Sus leales que retornaría, no se mostrará sencillamente con la imagen de un judío a todos los que están en naciones gentiles. Habéis de entender que la obra de Dios hecho carne reside en abrir una era. Esta obra está limitada a unos pocos años y Él no puede llenar toda la obra del Espíritu de Dios.
La segunda venida de Cristo es postribulacional y premilenial. Exactamente la misma interpretación literal de la segunda venida, que transporta a la conclusión de que va a ser seguida por el reino milenial sobre la tierra, se utiliza para distinguirla del arrebatamiento de la iglesia. Los hechos son precisamente distintas en su propósito, carácter y contexto.
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No tienes que reclamar que Dios realice esto o aquello; bastante menos debes colocarlo en tus confines y limitarlo a tus propias nociones. En cambio, debéis preguntar de qué forma vais a buscar las huellas de Dios, cómo vais a aceptar la aparición de Dios, y cómo vais a someteros a Su novedosa obra; o sea lo que el hombre debe llevar a cabo. En tanto que el hombre no es la verdad y no está dotado de la realidad, debe buscar, admitir y obedecer. Al mencionar la palabra “juicio”, probablemente supongas en las expresiones que Jehová charló a todos y cada uno de los lugares y en las expresiones de reproche que Jesús habló a los fariseos. Pese a su dureza estas expresiones no fueron el juicio que Dios hace al hombre, solo fueron expresiones habladas por Dios en diferentes campos, o sea, en distintas contextos. Estas expresiones no son como las expresiones habladas por Cristo al valorar al hombre a lo largo de los últimos días.
Bendícenos al tiempo que oramos con furor y que el Señor nos guíe mientras testificamos por ti. Hoy, no solo desciendo sobre la nación del gran dragón rojo; también vuelvo la cara hacia todo el universo y provoco que todo el empíreo trema. ¿Existe algún sitio que no permanezca bajo las catástrofes que Yo hago descender sobre él? Adondequiera que voy, he esparcido todo tipo de “semillas de desastre”. Esta es una de las formas en las que obro y, indudablemente, es un acto de salvación para la raza humana, y lo que les extiendo todavía es un género de amor. Deseo permitir que aun mucho más personas lleguen a conocerme y consigan verme, y, del mismo modo, lleguen a venerar al Dios a quien no lograron ver a lo largo de tantos años, pero que, en este momento, es verdadera.
En el momento en que Yo castigue a los varios pueblos, los del mundo espiritual regresarán, en grados distintas, a Mi reino, conquistados por Mis obras, porque habrán visto la llegada del Beato cabalgando sobre una nube blanca. Toda la raza humana será separada según su clase y va a recibir castigos proporcionales a sus acciones. Todos los que se han opuesto a Mí, perecerán; en lo que se refiere a esos cuyos actos en la tierra no me han implicado, seguirán estando en la tierra bajo el gobierno de Mis hijos y de Mi pueblo gracias a la manera como se han comportado. Yo me revelaré a los incontables pueblos y naciones, y, con Mi propia voz, resonaré sobre la tierra, proclamando la terminación de Mi gran obra, para que toda la humanidad la vea con sus ojos.
En ese instante, quizás solo habrás acabado de comprender el concepto de la vida, pero la implacable obra de castigo de Dios te va a llevar, todavía intensamente dormido, al infierno. Solo entonces te marchas a hablar de repente de que la obra del juicio de Dios ya habrá concluido. En el momento en que Jesús vino al planeta del hombre, marcó el comienzo de la Era de la Felicidad y terminó la Era de la Ley.
- En el momento en que Jesús vino al planeta del hombre, marcó el comienzo de la Era de la Felicidad y terminó la Era de la Ley.