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libro de los hechos
No predicaron en lenguas, sino que considerablemente más bien alabaron a Dios en idiomas que no sabían naturalmente (Véanse Hch 2.11). Está claro que estaban en el aposento prominente en el momento en que descendió el Espíritu (2.2), pero tienen que haber salido a los atrios del templo donde se reunió una gran multitud. El propósito del don de lenguas fue impresionar a los judíos con el milagro que se estaba haciendo. En diez.46 los gentiles conversaron en lenguas como prueba a los apóstoles de que habían recibido el Espíritu; y en 19.6 los efesios seguidores de Juan el Bautista hablaron en lenguas por la misma razón. Cristo les prometió a los apóstoles un bautismo del Espíritu (Hch 1.5) y esto sucedió en Pentecostés (Hch 2; Véanse 1 Co 12.13) y en la casa de Cornelio (Hch diez.45; Véanse 11.15–17). Estos 2 hechos incluyeron tanto a judíos como a gentiles, y de este modo se formó el cuerpo de Cristo.
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El Espíritu Y El Trabajador (hechos 6:1
En el libro de los Hechos, Lucas registró muchas oportunidades en que Pablo empleó esta aproximación. En este pasaje, el punto indispensable de Pablo es que los hechos elementales que él y la iglesia proclamaban eran hechos populares en el planeta viejo. Era un plan común de los apóstoles apelar a hechos históricos como este, en el momento en que testificaban frente no leales. Analizaremos en 2 partes la variedad de maneras en que los apóstoles y quienes los siguieron brindaron testimonio de Cristo mediante todo Hechos. Primero, consideraremos las distintas estrategias utilizadas para testificar de Cristo.
La próxima lista parcial exhibe algunos de los libros que no están libres hoy día en la mayoría de ediciones bíblicas. Dichos libros son:
• El libro del convenio o El libro del pacto, o El libro de la coalición.
• El libro de las peleas de Yahveh.
— Wilmarr R. (@CoachWilmarR) April 15, 2021
Muestra registros de de qué forma logró muchas señales y prodigios para validar el ministerio de los apóstoles y el de otros líderes de la iglesia primitiva. Da testimonio de que les dio un inmenso ánimo a los cristianos que confrontaron oposición y persecución. Para sintetizar, Hechos detalla al Espíritu Santurrón como aquel cuyo poder hace posible la expansión del evangelio y del reino, y que da poder a su pueblo para que viva piadosamente. Exploraremos tres temas primordiales que se muestran al principio del libro de los Hechos y que se desarrollan a través de sus episodios. Primero, observaremos el tema del Espíritu Santurrón, que da poder a la iglesia para expandir el reino de Cristo. Segundo, nos concentraremos en los apóstoles, los hombres llamados a testificar de Cristo y que fueron autorizados a liderear y servir a la iglesia de Cristo.
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Primero, consideraremos las limitaciones físicas de los apóstoles, dado que no podían cumplir físicamente con toda la tarea que les habían asignado. Segundo, observaremos sus restricciones temporales, visto que tenían que vivir vidas humanas de duración normales y no podrían dar testimonio a las generaciones futuras. El conjunto total de una vivienda ascendía a un número de 15 a 20 en promedio. Podemos encontrar ejemplos de apóstoles testificando en viviendas en múltiples pasajes de Lucas, como en el capítulo diez, donde Pedro le habló a la vivienda de Cornelio; y el capítulo 16, donde Pablo le conversó a las casas de Lidia y del carcelero de Filipo. Tercero, en Hechos los apóstoles y sus fieles de manera recurrente testificaban en las casas. En el planeta antiguo, las familias en la mayoría de los casos incluían mucho más que solo los padres y sus hijos.
libro de los hechos
En la iglesia actualizada, los distintos cristianos comprenden el don de lenguas de diferentes maneras. Ciertos sostienen que las lenguas fueron mucho más bien un milagro auditivo que oral. Según esta iniciativa, los apóstoles pronunciaron afirmaciones extáticas, y el Espíritu permitió que la audiencia las comprendiera en sus lenguajes. Además de esto, en el tiempo del Nuevo Testamento, en la celebración de Pentecostés los judíos recordaban asimismo que Dios les había dado la Ley de Moisés.
- En el libro de Éxodo, Moisés efectuó muchos milagros frente Faraón para probar que hablaba en nombre del verdadero Dios.
Cada página de Hechos abunda en detalles precisos y específicos que recrean al historiador. El relato comprende un periodo de tiempo de precisamente treinta años y se prolonga por toda la tierra desde Jerusalén hasta Roma. Asimismo están incluidos distritos de países salvajes y centros judíos.
Incluso el supremo pontifice y los principales mandatarios mintieron en relación a Pablo, pidiéndole a Festo que trajera al preso a Jerusalén para ser juzgado. Anhelaban procurar de nuevo matar a Pablo en el sendero (Véanse 23.12). Dios guió a Festo a negar la sugerencia de los judíos y así resguardó a su siervo. Pablo enfrentó los hechos con sinceridad y exigió que se presentase la verdad. Su preocupación era la salvación de los hombres, no la seguridad de su historia.
No hay duda de que ese constructor es exactamente la misma persona que escribió el tercer Evangelio. Terminado este, San Lucas retoma el hilo de la narración y compone el libro de los Hechos (véase 1,1), que dedica al mismo Teófilo (Luc. 1,1 ss.). Escribió, en griego, el idioma corriente entonces, de cuyo original procede la presente versión, pero su lenguaje tiene dentro asimismo aramaísmos que denuncian la nacionalidad del constructor.
Estos episodios concluyen el periodo de transición cuando el mensaje del reino fue reemplazado por el evangelio de la alegría de Dios. Jerusalén fue sustituida por Antioquía de Siria como el centro del ministerio, y Pedro fue reemplazado por Pablo como líder de la obra de Dios. El modelo de prestar que se registra en Hechos 2.44, 45 y 4.31–35 no se aplica a la iglesia local el día de hoy, aun cuando el espíritu manifestado es sin lugar a dudas algo que debe desearse. Nótese que los fieles de Antioquía no tenían «todas y cada una de las cosas en común», sino dieron contribuciones personales según sus opciones (11.29; Véanse 2 Co 9.7). Pablo nos instruye a proveer para los nuestros (1 Ti 5.8), advirtiendo que si no lo hacemos, somos peores que los incrédulos.
Con su corazón ensanchado, él comunicó varias cosas a sus amados hermanos. Pablo había predicado el evangelio en Macedonia (véanse los episodios 16 y 17) y múltiples asambleas locales fueron formadas. El volvió a visitarlas y la exhortación caracterizó su ministerio. un par de años,” y su mensaje fue tan comunicado que TODOS los que moraban en la provincia de Asia, judíos y griegos, oyeron la palabra del Señor Jesús. Este era instruido en el sendero del Señor; y ferviente de espíritu, conversaba y enseñaba aplicadamente las cosas que son del Señor, enseñado únicamente en el bautismo de Juan” (vv. 24, 25).
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