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la venida del señor
Y va a poner las ovejas a su derecha, pero las cabras a su izquierda”. Las Escrituras charlan muchas veces sobre el día en el que Cristo va a venir para valorar a la raza humana. “Por consiguiente, asimismo nosotros estad preparados; ya que el Hijo del Hombre va a venir en el instante que no pensáis.” “Pero del día y la hora completamente nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino más bien sólo mi Padre.”
La imagen de Su carne únicamente se expone a una cantidad limitada de personas, únicamente a quienes lo siguen según obra en la carne. De la misma manera, Jesús se mostró únicamente a los judíos en el momento en que logró Su obra y no se mostró públicamente a ninguna otra nación. Por consiguiente, una vez hubo completado Su obra, de forma rápida partió de todo el mundo humano y no se quedó; mucho más adelante no fue Él, esta imagen humana, quien se mostró a la multitud, sino el Espíritu Santo quien logró la obra directamente. En el momento en que la obra de Dios hecho carne se concluye completamente, va a partir del mundo mortal y nunca más volverá a realizar ninguna obra afín a como lo logró cuando estaba en la carne.
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Una gran parte de la revelación de los Salmos y de los profetas mayores y inferiores viran cerca de este gran tema. Los gigantes libros proféticos como Daniel, Zacarías y Apocalipsis centran su atención en el tema de la segunda venida de Cristo y la consumación de la historia y el reino. En el Antiguo y el Nuevo Testamentos se expone en múltiples pasajes la importancia de la venida de Cristo a establecer su reino. La doctrina, en la manera que fué revelada, es considerablemente más que el solo fin de la historia humana.
Realizando un recuento de todas y cada una de las escrituras que hablan de la venida del Señor, se puede ver que la venida del Señor tiene tres etapas principales. El apóstol San Pablo, hace muchas prosopopeyas sobre la venida del Señor para los que nos encontramos en Cristo. Como predicador del evangelio y estudioso de las sagradas escrituras, he tenido a bien en realizar énfasis en la segunda venida del Señor Jesucristo. En la Biblia están muchos textos que informan, que el Señor Jesucristo retornará de nuevo a la tierra; cuya creencia se ha convertido en una doctrina primordial para la salvación que es en Cristo Jesús. Dios no nos especificó todos y cada uno de los datos de cómo va a ser la venida de Cristo.
De los seres humanos del cosmos, todos los correspondientes al diablo van a ser exterminados y Mi fuego candente abatirá a todos y cada uno de los que adoran a Satanás; es decir que, salvo los que están ahora mismo en la corriente, todos quedarán reducidos a cenizas. Cuando Yo castigue a los muchos pueblos, los del mundo espiritual regresarán, en grados diferentes, a Mi reino, conquistados por Mis proyectos, pues habrán visto la llegada del Santo cabalgando sobre una nube blanca. Toda la raza humana será separada según su clase y va a recibir castigos proporcionales a sus acciones.
Y de esta manera, bastante gente, aun cuando reciben la verdad, no creen que han encontrado las huellas de Dios y bastante menos reconocen la aparición de Dios. La aparición de Dios no se puede reconciliar con las nociones del hombre; todavía menos puede Dios verse por órdenes del hombre. Dios toma Sus propias decisiones y tiene Sus proyectos en el instante en que hace Su obra; mucho más aún, Él tiene Sus objetivos y Sus métodos. Sea como sea la obra que Él realice, no es requisito que la consulte con el hombre o busque su consejo, ni mucho menos que notifique de Su obra a cada individuo. Este es el carácter de Dios, que debería además de esto ser popular por todo el mundo.
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Como dice Pedro, este servidor es conducido por sus pasiones. Quiere vivir en 2 mundos, permitiendo en una mala vida mientras que piensa que está exento de justo juicio. Sin embargo, mientras que todas estas cosas suceden, hay una fuerza, un poder no visto, que trabaja en la tierra. Él fue enviado para ocupar de poder a los justos y seducir al planeta de pecado, de justicia y de juicio. En el lenguaje teológico, la venida del Señor para la iglesia, significa el recogimiento de los fieles en Cristo en la tierra para ser trasportados a los cielos y así vamos a estar siempre con el Señor.
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- Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destrozará con el resplandor de su venida.”
- Si andas creando una línea de tiempo, incluso a lo largo de la destrucción que viene por medio de Dios, Él todavía alarga Su felicidad y perdón a esos que se arrepienten, se vuelven y prosiguen a Jesús.
No obstante, nunca llegaremos por fin en tanto que siempre y en todo momento nos quedan verdades por comprender. Toda vez que leemos una porción de las escrituras que es bien bien difícil de entender nosotros debemos rezar con considerablemente más escandalo para que Dios nos dé sabiduría y también debemos animarnos para estudiar con mucho más diligencia. La palabra de Dios nos irá a ser mucho más clara y más dulce conforme la estudiemos considerablemente más. “Si me fuere y les preparare rincón, voy a venir otra vez, y les voy a tomar a mí mismo” (Juan 14.3). Él se refirió frecuentemente a la verdad de su segunda venida en las instrucciones dadas a sus discípulos (Mateo 25; Lucas 19.12–27). παρουσία ας ἡ presencia (παρουσίαν ἔχειν estar presente); estado de el día de hoy de una cosa; recursos, fortunas, elementos recientes; venida, llegada; segunda venida de Cristo .
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Satanás sabe que su tiempo es corto, pero antes que ocurra esta segunda venida del Señor Jesús, el sol debe oscurecerse, la luna no dará su luz y las estrellas van a caer del cielo acorde los poderes del cielo se agiten. En el juicio que empieza en la casa de Dios del que se habló en tiempos pasados, el “juicio” de estas expresiones se refiere al juicio que Dios pronuncia hoy sobre esos que vienen frente Su trono en los últimos días. Da igual lo que imagine el hombre, no puede modificar la esencia de la obra de Dios.
Absolutamente nadie, salvo Cristo, puede amoldar de nuevo el carácter que fue arruinado por el pecado. El vino para despedir a los demonios que habían dominado la intención. Vino para levantarnos del polvo, para rehacer según el modelo divino el carácter que había sido deshonrado, para hermosearlo con su gloria.1El Aguardado de Todas y cada una de las Gentes, 23, 24, 28.