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lucas 17 11-19
La ley también mandaba que los curados de la lepra ofreciesen un sacrificio en acción de gracias por la curación. Para comunicar que los samaritanos son benevolentes al paso que los judíos son desagradecidos a las ventajas que se les había dispensado. Había enemistad entre los samaritanos y los judíos, la que el Señor se planteaba desvanecer, pasando entre ellos para unirlos en un hombre nuevo.
Ellos se consideran sucios y forzados a vivir fuera de los límites de las ciudades y villorrios. Aun cuando Jesús se les acerca, ellos guardan alguna distancia. El sanar a un leproso restituye a esa persona a su red social. Al regresar a Jesús, el samaritano escuchó que Jesús lo bendecía y lo animaba. Tomarse el tiempo de sugerir gracias y dirigirme a Dios me deja recibir una bendición más profunda al recibir la contestación que él me da. 16y se arrodilló enfrente de Jesús, inclinándose hasta el suelo para darle las gracias.
Jesús Sana A Diez Leprosos
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- Para ser agradecido necesitamos ser humildes.
- Estos leprosos se dirigen de lejos a Jesús ya que cumplían las prescripciones legales evitando el contacto con las personas sanas, y le solicitan compasión.
Abriendo el corazón a Dios, la persona que se convierte es curada internamente del mal. El punto es que, cuando Jesús le asegura a estos diez hombres “Preséntense frente a los sacerdotes”. Pero lo que mucho más torturaba a estos hombres era el recuerdo de sus populares próximos que habían debido abandonar en el instante en que el sacerdote los había proclamado leprosos. Ellos perdían a sus esposas, hijos, conocidos próximos, casas, carreras, el respeto del resto, y la promesa de ser útiles para la sociedad. Jesús cura a los diez enfermos de lepra, nosología en aquel tiempo considerada una «impureza infecciosa» que demandaba una purificación ritual (cf. Lv 14, 1-37).
En ámbas historias, la salvación ocurrió solo tras haber obedecido al hombre de Dios. Jesús habla de las ofensas, del perdón y de la fe — Aun los fieles son siervos inútiles — Se sana a diez leprosos — Jesús habla sobre la Segunda Venida. Por eso el Señor demanda que solo uno de los sanados volvió a agradecer y ofrecer gloria a Dios; precisamente era un samaritano.
Como consecuencia de ello una gran multitud asistió de Galilea para luchar con los samaritanos» (Josefo, Guerra Judía 2,232). Hasta hoy siguen sus viejos ritos» (2 Re 17,33-34). La segunda parte del relato se enfoca en la figura del samaritano.
lucas 17 11-19
Si la fe salvó a aquel que se había postrado a prestar gracias, la malicia perdió a los que no se cuidaron de dar gloria a Dios por las virtudes recibidos. Por estos sucesos se da a entender que debe aumentarse la fe a través de la humildad, como se enseña en la parábola anterior. Entonces los leprosos obedecieron a Jesús y en su sendero para poder ver a los curas, todos ellos fueron sanados. Con conciencia de representante de Dios, Jesús devuelve a la comunión de vida y de culto a esos que los hombres habían rechazado. «Naamán, jefe del ejército del rey de Aram, era hombre muy estimado y favorecido por su señor, ya que por su medio había dado YHWH la victoria a Aram.
Y envió mensajeros enfrente de El; y ellos fueron y entraron en una aldea de los samaritanos para hacerle preparativos. Tan pronto como me coloco en sendero, quedo curado. Si yo le creo y me coloco en movimiento, me curo.
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(Esto lo puede leer en levíticos 13-14). Cayó con la faz sobre la tierra ya que se acordó del mal que había hecho y se avergonzó. Y Jesús le mandó que se levantase y se fuera, ya que al que se prosterna conociendo humildemente su debilidad, merece que la palabra divina le consuele y le mande adelantar en el sendero de proyectos considerablemente más santas.
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El escritor jesuita Tony de Mello confirmaba que es imposible ser complacido y asimismo infeliz. Hay tanto con lo que agradecer, y necesitamos evocar esto de tanto mientras que. Durante la enorme alegría de su curación, los otros nueve leprosos olvidaron la alegría de que ellos eran receptores de este fantástico, si bien inmerecido, obsequio. Déjame pasar cierto tiempo contando mis bendiciones y siendo complacido/a por ellas.
Asimismo seré complacido con cualquier favor o asistencia que reciba por parte del resto. Segundo, la fe salvadora actúa en una vida de agradecimiento a Dios. La fe salvadora actúa con un corazón que adora a Dios. Este leproso al notar la increíble misericordia que Dios había tenido con él no podía sino adorar a Dios.
