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el que cree en mi aunque este fallecido vivira
Hay solo un sendero a la felicidad y a la realización. Algún otro camino, cualquiera que sea, es disparidad. La vida es bien difícil, pero es simple; prosigan por el sendero y jamás, jamás se den por vencidos. En esta situación en particular, la experiencia de la vida nos engaña; en la vida aprendemos que los logros mucho más superiores de cualquier compañía humana son siempre los mucho más difíciles y, por ende, sólo lo pueden hallar bastantes que son los mucho más capaces. Cuanto más alta sea la misión, menos personas la alcanzarán.
Por ende alentados y saldrán al acercamiento del señor junto con los que no han pasado la experiencia de la muerte y ya los dos gozarán de la inmortalidad. Nada apunta que las ánimas de los que han fallecido estén dormidas, dormidos están sus cuerpos en el polvo esperando la resurrección. “Vida eterna” bíblicamente hablando es muy diferente de “inmortalidad”. La inmortalidad va a ser restaurada después de la resurrección final, la vida eterna, la que no se termina en este momento, la tenemos en JESÚS.
La Resurrección Y La Vida
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Nosotros, asimismo, seremos glorificados en el momento en que Jesús regrese. Por otro lado, toda esta gloria del Padre y del Hijo, se conecta con nuestra salvación. La existencia de Jesucristo con nosotros significa la vida y la resurrección.
Jesús vincula la desaparición física con la desaparición espiritual que es la que actúa en nosotros, aun ahora. El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que se niega a opinar en el Hijo no va a ver la vida, sino la furia de Dios está sobre él. En Jesús mismo reside el poder de ofrecer la resurrección física y la vida espiritual, una vida que comienza ahora mismo y adelanta la eternidad. La resurrección precede a la vida ya que la novedosa vida es el producto de la resurrección. El sendero a esa vida es por medio de la fe y Jesús desafió a Marta sobre esto. No pedía una confesión de fe en él mismo sino más bien en su afirmación, en su declaración; el énfasis aquí recae sobre el contenido de la fe, en las palabras de Jesús, ¿Qué hay que opinar?.
Los que estaban presentes, y creyeron en Jesús, vieron la gloria del Padre en la actuación del Hijo. No hay resurrección ni vida fuera de Cristo, ya que el mismo es la resurrección y la vida. No se trata, ya que, de una teoría, sino de una PERSONA que es resurrección y vida para todo el que que cree en Él. Esta revelación personal de Jesús debe ser siempre una fuente insaciable de gozo y alegría para el creyente, porque su historia y resurrección es Jesús mismo.
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A quien se le devuelve la vida no siempre está en mejores condiciones de vida y de fe que quienes no han fallecido todavía. La vida que Jesús viene a prestar no puede ser destruida por la desaparición, por eso, quien cree en él no morirá para toda la existencia. La fe verídica incluye opinar en Jesús como fuente de vida eterna, pero esta no puede darse sino más bien sólo después de su resurrección. Por ello podemos encontrar símbolos no explicados, como por poner un ejemplo que Lázaro salga de la tumba, con sudario y vendas. Que hay esperanza para la afligida viuda, el hijo sin padre, la madre que ha perdido a su hija.
- Tomando en cuenta estas diferencias, los investigadores apuntan que en cada relato se trata de una época diferente de la fe.
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Y todo aquel que vive y cree en mí no va a morir jamás. —La desaparición del creyente será absorbida en la vida, Vida que jamás se marcha a hundir en la desaparición. La respuesta de Marta refleja su comprensión de que Jesús no charlaba de una resurrección inminente. Los fariseos enseñaban una resurrección en el día final para los auténticos israelitas, pero los saduceos negaban la realidad de esa promesa.
Valida las afirmaciones de Cristo sobre Sí Mismo, verifica Su expiación en la cruz y provee la promesa de la vida eterna. Familiarícese con los cuentos de la resurrección y alabe a Dios por resucitar a Cristo como las primicias de la resurrección por venir. El descreído repudia las dos cláusulas de este glorioso YO SOY (el que cree en mí, si bien esté fallecido, va a vivir. Jesús es la resurrección; por esta razón, “el que cree en mí, si bien muera vivirá”. El que cree en mí, más allá de que haya fallecido, va a vivir; y todo el que que está vivo y cree en mí, no va a morir para siempre. Otro de los segmentos es que JESÚS no subió al PADRE hasta tras la resurrección, pero JESÚS le afirma que ese día va a estar con Él, es decir la vida eterna que empezó a comunicar con JESÚS, pues tras la cruz empezó la SALVACIÓN y el estar con JESÚS es ya el Paraíso.
Y fue por tal razón que Jesús, intencionadamente, retrasó su llegada para en vez de sanarle, resucitarle. le afirma a Marta que pese a la desaparición física El, JESÚS es la fuente de vida. Por lo tanto El es con la capacidad de ofrecer vida más allá de la muerte evidente. El propósito de CRISTO primeramente fue consolar a Marta y qué mejor consuelo que mencionarle que aún tras el concepto familiar haya vida tras la resurrección, El, JESÚS dá vida aún tras la desaparición. La resurrección de Cristo fue un acontecimiento bien documentado. El apóstol Pablo desafió a la multitud a cuestionar a los testigos oculares de la validez de la resurrección, y absolutamente absolutamente nadie fue capaz de impugnar esta verdad.
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La desaparición si vive en primera persona y de nada sirven los recursos. San Pablo ha enseñado que la desaparición es el enemigo que va a ser vencido en último sitio y es lo que nos comunica Juan al poner el relato de la resurrección de Lázaro en el desenlace del ministerio público de Jesús. La vida de Lázaro tras haber salido del sepulcro es un símbolo de la vida eterna que pertenece a Dios y que para nosotros es viable por Cristo, con Él y en Él. Tus muertos van a vivir, sus cadáveres se van a levantar. ¡Moradores del polvo, despertad y dad chillidos de júbilo!