Lo mucho más bajo en Ana En La Biblia aclarado

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En aquel momento, eran varios los que esperaban la redención de Jerusalén, los que anhelaban que va a llegar el gran día en el que, al fin, se cumpliría la promesa de un Salvador. De Ana, la predicadora, solo tenemos unos pocos versículos, 3 para ser precisos, pero nos hablan de una profunda vida de devoción y servicio al Señor. En el próximo capítulo leeremos el Canto de Ana, que levantó como oración al dar a Samuel. Después que lo hubo destetado, lo llevó consigo, con tres becerros, un efa de harina, y una vasija de vino, y lo trajo a la vivienda de Jehová en Silo; y el niño era pequeño.

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Nacimiento De Samuel

En el instante en que dejó de amamantarlo (probablemente a los tres años por lo menos) fue a entregarlo al sacerdote Elí para que creciera en el templo y sirviera a Dios como ella se lo había prometido. Lo que ella deseaba solo era ser madre, quería librarse de las burlas de Penina. Ansiaba abrazar a un hijo… Vivir la experiencia de la maternidad. Dejó de andar llorando por los rincones y decidió verter su corazón enfrente de Dios.

Toda vez que escuchase de Samuel recordaría de la felicidad de Dios en su historia. Aun en el momento en que ella hace el voto de consagración por el hijo que Dios le daría, queda demostrado su fe. Una fe en que Dios le podría sugerir mas de un hijo. Un dato atrayente es que ella no asiste en ayunas a orar. El abstenerse de alimentos era un castigo que ella se infligía. Pero ella va en pos de la salvación del Señor, ella busca gozo y no lamento.

Mientras tanto el niño medraba y se robustecía y se llenaba de sabiduría; y la felicidad de Dios se encontraba sobre Él. Muchos después de que naciera Obed, el hijo de Ruth, el pueblo de Israel todavía se olvidaba de Dios. Además vemos que Ana oro desde su corazón tanto fue esto que solo su boca se movía y su corazón rezaba. Reconoce el poder que Dios tiene y que él da vida a quién el quiere y también la quita a quién él también quiere, consecuentemente Ana acepta que es Dios quien veja y exalta. Su llanto y su dolor se tornan en oración vigorosa, sus lágrimas se tornan en adoración al Señor.

Eran realmente fieles a Dios ya que pensaban que Dios sería leal a ellos. En el tiempo en que nació Jesús, hace ya más de 2000 años, el pueblo de Israel había sido conquistado por el Imperio De la ciudad de roma. Había mandatarios y soldados por todas partes y el pueblo debía pagaba mucho dinero en impuestos.

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Al llevarlo a cabo, contamos un corazón que se mantiene sensible y abierto a su voluntad escencial y suprema. ¿Sabes de qué forma puedes llevar a cabo un amigo mucho más veloz que la agilidad del rayo? Teniendo algo en común con ellos con lo que los dos hayan orado fervientemente.

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Algunas personas eligieron vivir como los romanos y trataban estar de su lado. Pero varios estaban esperando y orando a Dios para que les enviara Su Mesías, su libertador prometido, para rescatarlos de los romanos. Había mujeres y hombres, devotos fieles, que también esperaban y oraban que este especial libertador trajese al pueblo de Israel de vuelta para que realmente amaran y prosiguieran a Dios con sus corazones.

Que nuestro Padre Celestial nos asista a servirle con devoción, a confiar y aguardar en sus promesas y que hallarnos con Él sea el mayor anhelo de nuestro corazón. Asimismo, es posible asegurar que su acercamiento con Jesús fue entre los hechos mucho más apasionantes que nunca tuvo, tanto conque su boca se llenó de gratitud y compartía el gozo que rebosaba su corazón. Me imagino que no podía parar de charlar de su encuentro con el Mesías. No sé si ella en algún instante imaginó que sería testigo ocular de la redención de Jerusalén; de lo que sí estoy segura es que servía con un corazón lleno de promesa en que las promesas de Dios precisamente se cumplirían algún día.

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Gozaban los dos esposos de una vida conyugal dichosa y de un desahogo económico que les dejaba liberar a su generosidad para con Dios y a su liberalidad para con los prójimos. Algunos documentos llegan aun a decir que eran los mucho más ricos del pueblo y dan incluso una meticulosa relación de la distribución que hacía San Joaquín de sus ganancias. Samuel es la respuesta divina a la oración de una mujer llamada Ana. La gente ancianas pueden ser muy sabias y tienen la posibilidad de compartir su fe y su conocimiento con los considerablemente más jóvenes. Si eres un sujeto adulta cerciórate de que lo que compartes es positivo y útil.

Pero puede, y lo hace, regocijarse en Jehová. En las situaciones más agobiadas, cuando no tenemos únicamente en que regocijarnos, podemos regocijarnos en Jehová. Es una enojada y hostil visión de la vida, que se expresa en resentimientos y detonaciones de enojo hacia otros. La amargura viene cuando no respondes con una visión bíblica a las difíciles ocasiones en la vida. Se levanto Ana después que hubo comido y bebido en Silo; y mientras que el sacerdote Eli se encontraba sentado en una silla a la vera de un pilar del templo de Jehova.

• Incluso de este modo, puede ser cansador y ser inútil rezar por algo en el instante en que no se observa ninguna señal de esto en el horizonte.
• Es una enojada y hostil visión de la vida, que se expresa en resentimientos y explosiones de enojo hacia otros.

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