Iglesia Cristiana

La verdad prohibida sobre La Misericordia De Dios Revelada por un experto

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No importa cuál sea la coyuntura en la que nos ponga, nuestra contestación debe ser “sí”. No seamos como Jonás que rehusó charlar de Dios al pueblo de Nínive; huyo de la bendición que Dios tenía para su historia y fue directo a lo opuesto. Sentirnos útiles es primordial, no importa la edad, contribuir a el resto nos hace mejores humanos y nos deja contemplar el planeta con otros ojos.

“Y en este momento les doy el mandamiento de llevar precaución, en lo que se refiere a nosotros mismos, de estar aplicadamente alerta a las expresiones de vida eterna. Sé que no es moco de pavo retroceder, deshacer lo hecho y empezar de nuevo, pero creo con todo mi corazón que es mucho más simple, y indudablemente mucho más satisfactorio, viajar en un nuevo comienzo que seguir adelante intentando de opinar que la justicia no demandará su precio. Un principio básico de la doctrina de los Santos de los Últimos Días es que requerimos comprender que Dios es justo a fin de seguir adelante.

El Artista, Imagen De Dios Constructor

¿Alguna vez has amado buscar a Dios pero sientes que no te va a aceptar? Quizá has realizado cosas que te hicieron sentir “impropio”, desmerecedor; tal y como si no hubiese vuelta atrás y la llave del perdón en este momento fue destruida. En el instante en que pensamos así, estamos lejísimos de comprender al verdadero Dios. El Dios de la Biblia, el Dios de Israel es por naturaleza un Dios de clemencia. No va a haber compasión para todos los que no hayan tenido compasión de otros. Pero si ustedes han sido compasivos, Dios será misericordioso con ustedes en el momento en que los juzgue.

Sin importar un mínimo lo grande que puedan ser los errores que hayamos cometido, Dios nos puede perdonar y la razón por la que puede perdonarnos es por su extraordinaria clemencia. Merced a estos errores frecuentemente vamos a llegar a meditar lo siguiente “Dios ya se hartó de mí por las ocasiones que le he fallado”, “Ahora he pecado recurrentemente, seguramente Dios me debe odiar”, “No soy digno de aproximarme de nuevo frente la presencia de Dios”, etcétera. No obstante todas estas son mentiras que el enemigo trata de poner en nuestra cabeza con tal de distanciarnos de la presencia de Dios.

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Sencillamente, todos somos pecadores y no cumplimos con los estándares de justicia que Dios desea que tengamos. Pero, por Su clemencia y felicidad, proveyó una manera para que nuestros errores fueran perdonados, mediante nuestra aceptación de Jesucristo—más allá de que no lo merezcamos. Adjuntado con la alegría (haber logrado el obsequio gratis del perdón de Dios, más allá de que no hemos hecho nada para merecerlo), se nos entrega clemencia, pues nos quiere y solo nos pide que aceptemos a Su Hijo por fe. Decidamos entonces encomendarnos a la clemencia de Dios, que nos ofrece libremente, por nuestra fe, y nuestra participación en la victoria de su hijo Jesucristo sobre el pecado.

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Como receptores no merecedores de la clemencia de Dios, lo más justo sería que nosotros además mostremos misericordia y compasión hacia otra gente. De hecho se nos ordenóser misericordiosos, ¡tal como Dios es misericordioso! La Biblia incluso charla de tener compasión y cuidar a los animales. La compasión es comunicar el dolor o padecimiento al ver padecer a el resto, y trabajar activamente para asistirlos. El más destacable ejemplo que contamos de o sea nuestro Jesús, quien tomó sobre sí la naturaleza humana y dio Su historia para abrir un sendero de salvación eterna para nosotros. La tristeza puede llegar cualquier ocasión de la vida.

Entonces pídales que comenten, “Dios está feliz para darnos Misericordia” con sus manos alrededor de sus bocas, para practicar al comunicar el mensaje. Dígales a los pequeños que debemos estar felices por sugerir una segunda ocasión a otros para realizar los correcto. Esta lección va a empujarlos a los niños a comprender que Dios es misericordioso y disculpa. 27 Y van a poner mi nombre sobre los hijos de Israel, y yo los bendeciré.

Varios buenos teólogos estiman que incluso si el pecado jamás hubiese entrado en el planeta, Cristo hubiese aún venido por nosotros para que pudiéramos comunicar la gloria de la encarnación. Hay un cántico, el Exsultet, que se canta al comienzo de la Misa de la Vigilia Pascual. Contiene versos que semejan alegrarse en el pecado y, específicamente, en el pecado original.

“Es hermoso estar con Él –decía Juan Pablo II- y, reclinados sobre su pecho como el acólito predilecto (cf. Jn 13, 25), palpar el amor infinito de su corazón”. Y si disponemos conciencia de estar en pecado grave, tengamos presente que antes de Comulgar debemos primero recibir el sacramento de la Reconciliación . La soledad se alberga en millones de corazones y a veces no somos capaces de darnos cuenta de que la gente mucho más cercanas a nuestras vidas necesitan amor. Dios es el único que se percata de cada sentimiento que hay en nuestro interior y de igual forma se encarga de poner en nuestro camino a las personas indicadas que puedan hacernos sentir amados nuevamente, pero todo a su tiempo.

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Sin embargo, por este motivo hallé clemencia, a fin de que en mí, como el primero, Jesucristo demostrara toda su paciencia como un caso de muestra para los que habrían de opinar en El para vida eterna. Pero yo soy como olivo verde en casa de Dios; en la clemencia de Dios confío eternamente y para toda la vida. Acerquémonos, ya que, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar clemencia y hallar felicidad para el oportuno socorro. Más allá de que tuviese mucho más errores que granos de arena hay en la tierra, todo va a desaparecer en el abismo de Mi Misericordia.

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