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lucas 16 19-31
La puerta sirve para instruir la riqueza del hombre y para realizar de barrera para visitantes no estimados – aislando al hombre rico en su historia de ficción, de las realidades duras de todo el planeta al otro lado de su puerta-. Fariseos no tienen la posibilidad de ignorar que la parábola se dirige a ellos. Piensan su prosperidad como premio de Dios por su buena conducta. En vez, la parábola advierte que, si son como el hombre rico en vida, serán como él en la desaparición también. Cuenta una gran reversa, retando su teología que considera riqueza señal de favor de Dios y pobreza señal de su descontento.
Fue culpado por no llevar a cabo nada, por ver el estado de miseria de Lázaro y no efectuar nada sobre ello. 19Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez. heleno original que se lanza “pobres” o “mendigos” es ptokhos, que significa no solamente los pobres sino los muy pobres, los indigentes, los mendigos.
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- Versículo 25 hace meditar que el hombre rico es castigado por ser rico y el hombre pobre es premiado por ser pobre.
En versículo 27, le solicitará a Abraham que mande a Lázaro para comunicar a sus hermanos. El hombre rico muere y es sepultado, seguramente con colosal pompa y liturgia. El hombre pobre murió, pero no hace aparición ninguna mención de su entierro. En esa cultura, un entierro correspondiente se consideraba algo primordial. No ser sepultado como es debido sería la última indignidad para una vida llena de indignidad. Sí nos sorprende entender de la desaparición del hombre rico, por el hecho de que sus elementos le proveían ingreso a buena comida, hosting, y precaución médico.
“Tienen a Moisés y a los profetas, que les oigan”. Para convertirnos, debemos abrir el corazón a la Palabra de Dios, que nos llama a querer a Dios y al prójimo. El rico conocía la Palabra de Dios, pero no la dejó ingresar en el corazón, no la escuchó, de ahí que fue inútil de abrir los ojos y de tener compasión del pobre. La clemencia de Dios hacia nosotros está relacionada con nuestra clemencia hacia el prójimo; en el momento en que falta esta, también aquella no encuentra espacio en nuestro corazón cerrado, no puede entrar. Si yo no abro de par en par la puerta de mi corazón al pobre, aquella puerta permanece clausurada.
Yo nunca proseguí las expresiones de mi padre, no pude alegrarle en el momento en que se encontraba vivo, pero por lo menos esta vez voy a hacer su voluntad. El tiempo pasó, el padre murió, y su hijo se encargó de todo, y así como su padre había previsto, el joven gastó todo, vendió los bienes, perdió sus amigos y hasta la propia dignidad. El joven se rió, pensó que era un absurdo, pero para no contradecir a su padre le prometió que así lo haría, pensando que eso jamás sucedería. Quiero que me prometas que, si pasa lo que yo te dije, y decides terminar con tu vida, solo te ahorcarás en ella. Su padre siempre y en todo momento le advertía que sus amigos solo estarían a su lado mientras él tuviese algo que ofrecerles; después, le abandonarían.
lucas 16 19-31
Lo que para otros es la última promesa, para él es la primera y primordial, sobre la que apoya su seguridad en Dios. Toda vez que recibe algo, siente que Dios le afirma, “Levántate y come, ya que cerca está la liberación”. Es mucho más fuerte el deseo que la satisfacción.
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A las puertas del rico avariento y gloton siempre y en todo instante es desprecio de sus umbrales el pobre, á quien no solo niega su mesa lo que tiene, sino lo que se le cae. No hubiera pobre sin socorro, si no hubiese avariento sin caridad. Lázaro esperando en la puerta del rico, fresco románico de la iglesia de San Clemente de Tahull, ahora en el Museo Nacional de Arte de Cataluña, Barcelona.
Jesús enseña la parábola del maestresala injusto — Instruye en relación al servicio y condena el divorcio — Enseña la parábola de Lázaro y el hombre rico. A propósito de esta parábola, conviene preguntarnos por qué razón el rico ve a Lázaro en el seno de Abrahán y no en compañía de otro justo. Es pues Abrahán había sido hospitalario. Hace aparición en tanto que, a la vera de Lázaro para acusar al rico epulón de haber menospreciado la hospitalidad.
Así le solicité a Jesús me prestara su mirada, que supliera mi incapacidad de animarme a conocer las cosas más de cerca. Ahora opté por solicitarle a Él que me volviera a imponer las manos puesto que sólo “veo hombres, así como si fuesen árboles que andan” y sorpresivamente comencé “a comprender todo con claridad” (Mc. 8, 24-25). Enviamos a nuestros suscriptores un correo semanal con los links a las homilías y comentarios a los evangelios de las celebraciones de la semana de el día de hoy. Al suscribirte por primera vez vas a recibir un e-mail de confirmación con ciertas indicaciones. Sucedió que se murió el mendigo y los ángeles lo llevaron al seno de Abrahán.
Pues Abraham en medio de las riquezas era pobre, humilde, cumplidor de todos los mandamientos y obediente. Hasta tal punto tuvo en nada las riquezas que se le ordenó por Dios inmolar a su hijo para quien las preservaba . Nos quedamos pensando como gente podría fallar la prueba de compasión tan completamente – ¿cómo no puede contestar a la resurrección – cómo puede ser tan ciega por el cariño al dinero? Entonces, se nos ocurre que no somos Lázaro, sino el hombre rico. Nosotros asimismo paseamos a la vera de los necesitados, pero sin observarlos.
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