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lucas 17 11-19
Jesús en su respuesta, les manda a los curas para que certifiquen que están curados. “viniéronle al acercamiento diez hombres leprosos” (v. 12a). Su lepra no era siempre y en todo momento la patología Hansen, la horrible nosología que hoy tenemos en cuenta lepra. Lepra bíblica incluye patologías de la piel como culebrilla, soriasis, leucoderma, y vitíligo (Johnson, Interpreter´s Bible, 338).
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Denzinger: De La Confesión
Y que Dios escucha a todos, no solo a los “de adentro”. Los diez leprosos confiaron en Jesús con lo que sabían de él, no por ser judíos o samaritanos. Y Jesús los curó por el hecho de que manifestaron su fe en él, no por ser judíos o samaritanos. La gratitud está en las virtudes mucho más preciosas en el planeta. Jesucristo nos dio ejemplo de ella a lo largo de toda su crónica. No tenemos nada que no hayamos recibido.
Daña principalmente la piel si bien también los órganos internos. Asimismo hay afectación difusa de los nervios periféricos con pérdidas sensoriales. Se les puede caer la oreja sin que ellos se den cuanta o lo sientan pues perdieron toda sensibilidad.
Comentario Del San Lucas 17:11
Nuevamente Jesús está en el camino a Jerusalén, y al llegar a una aldea le salen al encuentro diez leprosos, que de lejos le solicitan compasión y los llaman “Maestro”. En verdad, Jesús es ya reconocido por su mensaje atrayente, diferente y con popularidad de obrador de milagros. La persona perjudicada era echada de las prácticas religiosas, la familia no se hacía cargo, y quedaba fuera de la vida social. Y más allá de que la palabra leproso en la Biblia se emplea para referirse a diferentes enfermedades y no necesariamente a la lepra o “Hansen\\\’s disease”, lo cierto es que la vida de estos diez leprosos era una vida miserable.
Estos hombres no podían arrimarse a Jesús por su condición de leprosos, pero aún tenían fuerzas para gritar y lo hicieron como quien clama por su vida ¡Jesús, Profesor, ten misericordia de nosotros! Ellos no clamaban por dinero, ni por comida, ellos clamaban por clemencia, clamaban por sanidad. De seguro habían oído de Jesús, y tenían la seguridad de que Él les podía sanar. «En el sendero, los diez leprosos, han quedado limpios y solo uno, viéndose curado, volvió gloriando a Dios» (Lc 17, 14-15).
lucas 17 11-19
Jesús no sana los leprosos rápidamente, sino más bien les manda manifestarse ante los curas para ser inspeccionados como si hubiesen sido sanados. Jesús les solicita caminar en fe, tal como Eliseo le pidió a Naamán. Samaria hace frontera con Galilea, y no existe ninguna región entre ellas. Según este versículo, eruditos de forma recurrente han cuestionado el sentido geográfico de Lucas.
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Esto ha de llenarnos de agradecimiento y de deseos de corresponder a un Padre que nos desea. Jamás podremos ofrecerle las merced a Dios lo suficiente que nos ha dado. Para ser complacido requerimos ser humildes. El que es soberbio piensa que todo se le debe, que lo merece todo y no siente la necesidad de sugerir un “gracias” sincero por los favores que recibe. De ahí que, se necesita una enorme humildad para sabernos siempre y en todo momento y en todo momento inmerecedores de las gracias de Dios, de los favores y atenciones de los otros.
Señor, aumenta mi fe a fin de que consigua alcanzar la salvación. Ten compasión y deja que esta oración me ayude a vivir este día con humildad, con esperanza y alegría, sirviendo a todos, singularmente a los que tengo mucho más cerca. Lucas guarda su sorpresa hasta mucho más adelante en la historia.
No parece que el Señor mandase a los curas a otros, a quienes había concedido beneficios anatómicos, considerablemente más que a los leprosos. Y sucede que el sacerdocio de los judíos figuraba el sacerdocio que está en la Iglesia. El resto vicios los sana y corrige internamente el Señor mismo, en la conciencia; al paso que el poder de regentar los Sacramentos y el de la predicación, fué concedido a la Iglesia.
Solicitemos a la Virgen para todos y cada uno de los cristianos el don de una auténtica conversión, a fin de que se anuncie y se testimonie con congruencia y lealtad el perenne mensaje evangélico, que señala a la humanidad el camino de la genuina paz. El trabajo de la purificación de nuestra alma no puede terminar sino con vuestra vida. Os suplico, puesto que, hermanos, mantengámonos poco a poco más humildes bajo la poderosa mano de Dios … Mantengámonos con colosal devoción en la acción de gracias y nos concederá la única felicidad que puede socorrer nuestras ánimas. Seamos agradecidos, no solo de palabra o con la punta de los labios, sino más bien por las proyectos y de verdad.
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- En lo concerniente a la carta a Timoteo, artículo también semi-continuado, tiene dentro una afirmación de la vida (v. 11) que bien tiene la posibilidad de tener relaciones con el tema mayor brindado por la lectura del evangelio.
- En el momento en que asirios llevaron israelitas al exilio en el Siglo ocho a.C., muchas personas que no era judía fue a vivir a Samaria.