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debora en la biblia
En oposición a ellos los esfuerzos de la infantería eran inútiles. Consecuentemente la multitud de Israel que poblaba la tierra baja debía pagar tributo a Jabín. Sólo la multitud de las zonas montañosas habían preservado su independencia, sencillamente por dado que los vehículos de guerra de Jabín no se adaptaban al terreno montañoso.
- 5y habituaba sentarse bajo la palmera de Débora, entre Ramá y Bet-el, en el monte de Efraín; y los hijos de Israel subían a ella a juicio.
Mamá, asegura Estefanía, me siento contenta por visto que, al fin, una mujer se puso adelante de los israelitas y venció al rey de los cananeos. Es muy posible que Jael fuera una mujer Israelita puesto que los Ceneos convivían con el pueblo de Israel. Merced a la afección de su marido por Israel, y entendiendo la afinidad de los Ceneos con este pueblo, es realmente posible que estos factores hubieran también influenciado a Jael a favor de Israel y así mismo ofrecer muerte a Sísara de todas y cada una maneras. Según ciertos historiadores, las tropas de Sísara lograron haber alcanzado el número de 300.000 hombres. Más allá de que no se conoce seguramente si Sísara tomó consigo a todos estos hombres a esta batalla. En el instante en que los judíos, de las tribus del norte singularmente, sufrían bajo la tiranía de Jabín (1296 a.C), Débora como profetisa se empeño en levantarlos de su abatimiento, y enviando por Barac lo indujo a atacar a Sísara y le prometió la victoria.
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Jehová le da información acerca del futuro, y ella entonces comunica a la multitud lo que Jehová afirma. Se sienta bajo una palma en la región montañosa y la gente viene a ella a fin de que les asista a solucionar sus inconvenientes. Aparentemente estuvo casada con un hombre llamado Lapidoth (‘antorchas’), pero este nombre no aparece fuera del Libro de los Jueces y podría significar simplemente que nuestra Débora tenía un alma «candente». Fue una versista y dictaba sus sentencias bajo una palmera de Efraín. Tras su victoria sobre Sísara y el ejército cananeo hubo paz en la zona durante 40 años. En la Biblia, Débora (en hebreo דְּבוֹרָה, ‘abeja’) fue una predicadora y la cuarta persona que se desempeñó como juez de Israel antes de la monarquía (temporada del Tanaj y Viejo Testamento).
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C La Derrota De Israel De Sísara.
Allí Dios iba a ayudar a Barac y a los Israelitas a vencer a Sísara, el capitán del ejército de Canaán, el que había oprimido a Israel a lo largo de múltiples años. Gracias a esa opresión incesante, los Israelitas habían clamado a Dios por asistencia, y ese era el plan de Dios para derrotarlo una vez por todas y cada una. Fue Yael, la esposa de Héber, un ceneo desarrollador de tiendas, quien mató al caudillo enemigo, Sísara, clavándole una estaca de la tienda en la cabeza en el momento en que dormía. Y los hijos de Israel clamaron al SEÑOR, por visto que aquel tenía novecientos carros de hierro y había oprimido poderosamente a los hijos de Israel por veinte años. Entonces el sacerdote Hilcías, y Ahicam, Acbor, Safán y Asaías fueron a la predicadora Hulda, mujer de Salum, hijo de Ticva, hijo de Harhas, encargado del vestuario; ella habitaba en Jerusalén en el segundo ámbito, y charlaron con ella.
Es esencial recordar que la Biblia dice que no todo el que afirma Señor, Señor entrará en el Reino de los Cielos. No todo el que afirma que es católico lo es
— Debora (@debora05) April 21, 2021
La riña fue feroz, una auténtica escena bélica. El ejército de Sísara era superior y la victoria era de forma fácil suya. La memoria de la profetisa se transformó en modelo de quienes pugnaban por ‘engendrar’ la comunidad israelita desde los parámetros de la solidaridad y la justicia. Desde el prisma de la metáfora, Débora, madre de Israel, “volvió a engendrar la comunidad israelita”; la reunión, sumida en la idolatría y presa del terror cananeo, volvió a nacer, merced al empeño de la mujer fuerte. La resolución de la mujer juez “para hacerse cargo de la guerra” cedió la espada a Barac para batir las filas de Sísara; de esa forma, el pueblo oprimido y condenado a la extinción pudo nacer de nuevo y disfrutar de paz durante 40 años.
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Es ella quien está en incesante búsqueda, y el artículo, contrario a lo usual en la sociedad de aquel tiempo, pone énfasis en las acciones y expresiones de María Magdalena. Los versículos 2, 13 y 16 detallan, el papel activo de esta mujer; esto es, el avance de una vocación. En los versículos 11 y 15 ella es la que llora por su instructor perdido y muerto. Ella se expresa como humano, al paso que los hombres no tienen la posibilidad de expresar su dolor.
Es importante comprender aceptar a quienes están en nuestras comunidades y como parte de su vocación están animando y prestando asistencia a que las metas sean conseguidas. Dios no hace diferencia de personas para la obtención de grandes metas y para asesorar a su pueblo a un mejor futuro y muchas veces a la solución de inconvenientes que semejan insolubles. Es atrayente destacar que en el momento en que Débora soluciona acompañar el ejército, ella toma la decisión de comer lo mismo que los soldados y reposar en la irritación como exhibe de su identificación. Logró todo eso a consecuencia de tomar en serio su vocación y con la intención de que los proyectos de Dios se realizaran.
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Pablo no tenía las facilidades que contamos hoy para redactar. Pese a ello aceptó su vocación de escritor para acompañar a las comunidades de fe. Pablo mismo asegura que Febe ha ayudado a múltiples, y emplea una palabra que define un liderazgo fuerte por parte de Febe. Por otra parte Pablo demanda para Febe un recibimiento digno de los beatos, algo que podríamos entender como un recibimiento como pastora. Nos semeja que la mejor traducción del artículo es «pastora» o «ministra de la palabra», y está apoyada por la presencia de este significado en otros contenidos escritos del Nuevo Testamento.
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indudablemente fue el renombre de que disfrutaba gracias a su aptitud jurídica y atractiva, lo que llevó a los israelitas a consultarla ante los aprietos en que se encontraban bajo la opresión de Sísara. Le ordenó a Barac que se lanzara a la guerra contra Sísara como jefe supremo de los israelitas, y frente su insistencia accedió a acompañarlo; el resultado fue la decisiva derrota de Sísara en la guerra de Cisón (Jue. 4.15; 5.19ss). La esposa de Lapidot, que vivía bajo una palmera, entre Rama y Betel, en tierra de Efraín, los había inspirado a esta resistencia.
Jael quebrantó un principio indispensable de la hospitalidad, y varios en el viejo planeta creerían que ella era una mujer traicionera. Ella quebrantó su promesa a Sísara, y mató a un hombre el cual so propio marido había hecho paz con él. Wolf nota, “Su prominencia supone una falta de hombres calificados y con voluntad.” Pero esto no puede ser tenido sino como una implicación, no como algo que esta detallado en el artículo.
