La mejor solución para Juan

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Es un nacimiento en “agua” y en “Espíitu”. Es un bautismo en agua con un significado espiritual, no 2 bautismos diferentes. En este caso, Nicodemo recibía la enseñanza de que algún género de experiencia espiritual de regeneración era necesaria para una apreciación correcta del Reino de Dios.

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A Nicodemo Y El Nuevo Nacimiento.

¿De qué manera puede un hombre nacer siendo viejo? La contestación de Nicodemo puede no haber sido por ignorancia, sino por meditar que Jesús se refería a la reformación ética. Su pregunta podría ser “¿de qué manera puedes enseñar a un perro viejo nuevos trucos? ” De una u otra forma, es claro que Nicodemo no le comprendió a Jesús ni a la realidad sobre el nuevo nacimiento. Jesús precisamente mentó que sin esto – que el que no naciere nuevamente– no puede entrar o ser una parte de el reino de Dios. La reforma moral o religiosa no es bastante.

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Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. Es hasta qué estoy presto a dejar mi fuerza, mi orgullo, mi necedad y mi habilidad humana que puedo proseguir la guía del Espíritu y que Dios puede hacer Su voluntad. Allí acercamiento que por el poder del Espíritu, todo es posible; puedo desplazar montañas en mi vida y lo que pensaba que era irrealizable, victoria sobre el pecado, se vuelve posible. Estoy siendo transformado; soy una exclusiva creación, y dejo a Dios formarme y moldearme de acuerdo a quien Él quiere que sea.

Esta novedosa vida en Cristo comienza exactamente el mismo instante en que un individuo pone su fe en Cristo y que prosigue a lo largo de toda la eternidad. No empieza en el momento en que uno muere y va al cielo. Comienza en el momento que usted cree en Cristo para salvarte. Experimentamos los resultados del nuevo nacimiento.

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Dado que estamos vivos físicamente no significa que estamos vivos espiritualmente. Debemos nacer nuevamente, por el hecho de que nos encontramos fallecidos espiritualmente. Somos indiferentes a las cosas de Dios, hasta el momento en que recibamos un nacimiento espiritual. Todos nos encontramos fallecidos en nuestro pecado de la incredulidad hasta el momento en que un nacimiento espiritual se realiza. Para nacer de nuevo y recibir la vida eterna son verdaderamente exactamente la misma cosa.

No creemos que hayamos vuelto a ser como Adán en toda su gloria antes del pecado, con su perfección, autoridad, sabiduría y sabiduría. No podemos ni debemos olvidar qué ocurre en el corazón de aquel que nos lo dió todo. No usemos esta nueva vida, la alegría que Él nos obsequia y la gran impulso del Espíritu Santo en nuestras vidas como un obsequio sin importancia. Mostremos agradecimiento, madurez y responsabilidad, algo que nuestro Señor siempre y en todo momento espera de nosotros. O lo que es exactamente lo mismo, la persona que es carnal satisface los deseos de la carne y vive con ese propósito en cabeza. (Varios de nosotros éramos edonistas en otro tiempo (¿Cierto?).

Jesús solicita un nacimiento espiritual para todos. Jesús emplea 4 comparaciones para realizar esta enorme verdad a Nicodemo. Jesús contrasta el nacimiento físico con el nacimiento espiritual. Luego Él contrasta el viento y el Espíritu.

Si se llega a refererir La Escritura, sin la unción y la manifestación del Espíritu, se está citando la letra muerta que no produce vida. Tengamos presente que es El Espíritu Santurrón el que da vida a La Palabra de Dios. “Por dado que derramaré agua sobre la sedienta, y torrentes sobre la tierra seca; derramaré mi Espíritu sobre tu posteridad, y mi bendición sobre tus descendientes. Todo aquel que piensa que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; y todo el que que quiere al Padre, quiere al que ha nacido de El. Esforzaos por entrar por la puerta estrecha, ya que les digo que múltiples tratarán de entrar y no podrán. Y Pedro les Arrepentíos y sed bautizados cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santurrón.

Es un milagro tan enorme como la resurrección de los muertos. Es Dios el Espíritu que da vida a los espiritualmente muertos. No hay otra forma de ingresar en el reino de Dios. Nos urge persuadirnos exactamente exactamente en qué género de nacimiento espiritual nos encontramos creciendo, si en el de la carne o en el del Espíritu, ya que se puede estar medrando para condenación y no para salvación. De verdad, enserio te digo, respondió Jesús , que quien no renaciere por el bautismo del agua, y la felicidad del Espíritu Santurrón, no puede entrar en el reino de Dios. —Yo te aseguro que quien no nazca de agua y del Espíritu, no puede ingresar en el reino de Dios —respondió Jesús—.

Es evidente que Dios no habla de nacer otra vez físicamente. Él está hablando de un nuevo anhelo – una transformación espiritual. Jesús es clarísimo en el momento en que asegura que un cristiano debe nacer de nuevo si quiere ver el reino de Dios. Jesús charla sobre “cosas del cielo”, pero nosotros pasamos la mayoría de nuestra vida hablando de las “cosas de la tierra”. Señor, hazme fiel a mi tiempo de oración día tras día, de manera que tú y yo podamos dialogar sobre la dimensión divina que empapa todas y cada una de las cosas de la tierra. El cariño de Dios es único, ya que resulta incomprensible para nuestra forma de pensar cómo Él ha podido mandar a su Hijo a un planeta sumido en el pecado, precisamente para liberarlo del pecado y la condenación eterna.

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