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john
Y, no obstante, debe existir algún indicio particular para generar en nuestras psiques una impresión considerablemente más clara de la verdad y también intensidad del padecimiento por el que pasó Jesús. Jesús, aunque es un tolerante relajado, ha de ser asimismo un gran paciente, en caso contrario no puede ser totalmente cierto que “haya probado la muerte para todos”. Muerte indolora, la eutanasia, una salida simple del mundo, tal es la porción de determinados; Semejan disolverse de la presencia natural sin únicamente dolor. ¡Pero qué escena de sufrimiento presente otras muertes!
- Su temor a perder situación, casta y riqueza en este momento se fue.
Del hombre así descrito por Juan entendemos poco. Su lugar de nacimiento, o asiento familiar, era Arimathaea; su rango entre los judíos era de los considerablemente más altos, pues era miembro del consejo nacional o sanedrín. Se menciona su riqueza, y enseña su posesión de tierra, y la provisión por él de costosas condimentas para ser utilizadas en el entierro de nuestro Señor. Su carácter moral se resume en la descripción de él como “bueno y justo”. José de Arimatea puede ser tomado como un gerente del discípulo secreto. Las situaciones varían con los tiempos, pero la disposición aquí ejemplificada todavía existe.
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Como amigos del Crucificado, en exactamente exactamente los mismos dientes de sus aterradores contrincantes, sus vidas estaban en riesgo; pero no contaron a estos conocidos cercanos para ellos, sino más bien se quedaron allí frente a frente con la desaparición. Un personaje muy conocido de este período. En la vida y muerte de Cristo, la vieja Escritura se cumplió realmente.
Hombre De Impacto
¡El testimonio de cristianos! ¡La intervención directa de Dios en nuestras vidas! Las señales están a eso que nos circunda.
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Aun en el momento en que la desaparición mantuvo Su cuerpo, Él se aseguró que ni un hueso fuera roto y que daría testimonio a través de su costado lacerado. En una escena profunda y paradójica de un pecado espantoso y de la tiernamisericordia del Señor confió a Su madre al precaución del acólito que sacó de Él la mucho más grande compasión y el más afectuoso amor. Además, Él confió al discípulo amado con la compromiso de proveer para la mujer que se encontraba perdiendo a su primer hijo a través de una sin corazón ejecución. El discípulo debía admitirla como a su madre y ella debía aceptar al acólito como a su propio hijo. Desde ese instante Juan recibió a María en su casa y como es lógico proveyó para ella hasta su muerte.
Un jardín jamás fue el depositario de semejante semilla; y una tumba jamás fue el lugar de reposo de similar inquilino. José vino a Pilato para soliciar permiso para llevarse el cuerpo de Jesús para ser sepultado. Esta fue una aventura osado, según lo expresado por Mark, que supone un peligro personal notable y, por lo tanto, contrario a su temperamento natural y su conducta pasada.
Oí charlar de un hombre de ciencia que montaba un transbordador. Charlaba con un hombre de poca educación abordo del mismo buque. Le preguntó si ¿sabía de la Geología?
Lo sepultó en su nuevo sepulcro. Los discípulos, que se identificaron abiertamente con él en la vida, lo abandonaron en su última extremidad y no tienen parte en los honores de su entierro. no obstante, un acólito tímido, que temía comprometerse con los judíos. La velocidad de la muerte de Cristo tomó a Pilato por sorpresa. Los soldados trataron a Jesús de una forma excepcional. “Pero en el momento en que llegaron a Jesús y vieron que ya estaba muerto, no le quebraron las piernas”.
Cada estadounidense de mi edad puede rememorar muchos datos del día que el presidente Kennedy fue ejecutado. Está registrado en nuestro entendimiento para siempre. Puedo recordar los datos mucho más pequeños del día que mi abuela murió – ¡y eso fue hace 58 años en el momento en que yo tenía 15 años!
Los judíos estaban enfurecidos pues afirmaban que era Jesús el que realmente decía ser un rey einsistían a fin de que Pilato cambiara la redacción para que dijera, “ÉL DIJO” que Él era el rey de los judíos. Sin embargo, Pilato era insuperable en relación a lo que él había escrito. Conque en todo el área tanto ciudadanos como pasajeros llegaron a entender sobre “la crucifixión del Rey de los judíos”. Tras todo lo mencionado, José de Arimatea, que era acólito de Jesús, pero secretamente por miedo de los judíos, rogó a Pilato que le dejase llevarse el cuerpo de Jesús; y Pilato se lo concedió. Entonces vino, y se llevó el cuerpo de Jesús. También Nicodemo, el que antes había visitado a Jesús por la noche, vino trayendo un complejo de mirra y de áloes, como cien libras.
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