La historia de Parabola Del Trigo Y La Cizaña al descubierto

parabola del trigo y la cizaña

Por una parte, no sabemos si los fieles inmaduros e inocentes pueden ser heridos por nuestros sacrificios. En la sociedad agrícola de los tiempos de Cristo, muchos labradores dependían de la excelencia de sus cosechas. Un enemigo que sembrara malas yerbas habría saboteado un negocio.

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Parabola Del Trigo Y La Cizana

Jesús desea que vengamos a Él con todas nuestras cuestiones y nos irá a contribuir a entender lo que Le solicitamos. En el momento en que el trigo afloró y causó grano, entonces apareció también la cizaña – v. 26. Podríamos decir que con esta parábola comienza la crónica de la tolerancia cristiana, porque corta de raíz la yerba mala -esta sí, verdaderamente mala- del maniqueísmo, de toda distinción entre buenos y malos, entre justos y también injustos. Tiene dentro no únicamente la invitación a una tolerancia sin límites, sino más bien aun al respeto por el enemigo, aun si hablamos de un enemigo no solo personal sino de la causa considerablemente más justa y considerablemente más santa, de Dios, de la justicia, de la nación o de la libertad.

La cizaña es por ende una hierba perjudicial, sus granos son tóxicos. ¿En algún instante alguien ha sembrado cizaña hablando mal de ti a tus espaldas? En este momento, consagrado el cuerpo y la sangre de Cristo por el ministerio del sacerdote que obra in persona Cristi, en su representación, apresurémonos a comer de ese pan, que Él siembra en nuestro ser personal para que demos bastante fruto.

Al principio del siglo IV Constantino el Grande designó al cristianismo la religión oficial del Imperio Romano. En ese tiempo, millones de falsos leales entraron al cristianismo. Para cristianizarlos Constantino los animó a bautizarse.

Entonces llegado el instante de la siega, asegura que ámbas nacieron juntas, por ende, la cizaña no logro ahogar al trigo, que es lo que ocurre en la naturaleza. Biológicamente el trigo y la cizaña son muy similares, singularmente en los primeros meses de crecimiento. Al madurar la semilla de la cizaña es rápida, tóxica y de color oscura. Al medrar ámbas plantas el grano de trigo toma peso por su hermoso contenido y empieza a doblegarse, en contraste a la cizaña que permanece erguida. En el período del imperio de la ciudad de roma, estaba contraindicado por ley diseminar cizaña en las siembras de trigo de los labradores ya que esta práctica la utilizaban los enemigos para dañar sus cultivos. La parábola de Jesús sobre el trigo y la cizaña está dentro de las considerablemente más famosas del Nuevo Testamento.

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El retoño y las hojas de la cizaña se semejan a los del trigo. Unicamente se puede distinguir el trigo de la cizaña por el fruto que generan. El fruto del trigo es amarillo dorado, pero el de la cizaña es negro. No es culpa del Señor que plantó buena semilla, sino de un enemigo, el contrincante, Satanás o demonio , que encarna a todo lo que intenta dividir y desviar desde en cada individuo y desde dentro de la red social, y existe en cada uno de nosotros. El deseo de controlar y tener, de aprovecharse de la comunidad para medrar, y muchos otros deseos interesados, son fruto del enemigo que hay en todos nosotros, y crean división.

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Hasta el momento en que nos reunamos nuevamente, no se olvide de decir sus frases obedecer a su mamá y papá y recuerda seguir a la iglesia y escuela dominical el domingo próximo. La gente malas como las cizañas no tienen la oportunidad de ir al cielo. El Hijo del Hombre (Jesús) enviará a sus ángeles, y ellos quitarán del reino todo lo que genere pecado y a todos los que hagan lo malo – v. 41. Por tanto, tal como la cizaña se recopila y se quema en el fuego, de igual forma va a ser en el juicio final – v. 40. Las personas que representan la cizaña no obedecen lo que afirma la Biblia y prosiguen haciendo cosas malas como el resto. La cizaña son personas que ignoran a Dios y no quieren tener nada que ver con Jesús.

Si charla de un reino es porque hay un rey y este rey es nada mas ni nada menos que el Rey de reyes, nuestro Padre Ceestial. Las mayores maravillas del Señor las ha obrado y las está actuando en los hombres, en los que, con su gran sabiduría, va haciendo siempre y en todo momento y en este momento y mañana, la conversión y liberación de sus corazones. Y el sitio de su reino enserio y de vida, de santidad y de gracia, de justicia, de amor y de paz. Porque “es clemente y misericordioso, retardado a la cólera, rico en piedad y leal”.

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• Al reiterar este desarrollo una y otra vez, el trigo quedaba por último limpio, “libre de la escoria de la polución”.

Las parábolas, similares a las analogías, tienen un fin didáctico. Su finalidad es evangelizar en la palabra de Cristo, razón por la que se ha de entender que el trigo y la cizaña no son términos textuales, sino hablan de a justos y pecadores, o en términos considerablemente más laicos, justos e injustos. De preciso modo, el término “sembrar cizaña” se relaciona a la “manzana de la discordia”, que según la mitología griega, la diosa Eris destinó “a la considerablemente más hermosa”. Eso considera que sólo existe un modelo único de hermosura, una única iniciativa de bien, solo una verdad.

Si bien esto puede ser cierto, Jesús enseña precisamente que el campo no es la iglesia; es el mundo. Esta parábola nos enseña los 2 géneros de obra que se están realizando en el mundo y nos deja entender por qué existe la maldad. Dios siembra buenas semillas que se convierten en hijos de su Reino; Satanás, el maligno, además siembra su descendencia. Como vimos en la parábola del sembrador y la semilla, ciertos dejan que la semilla del Evangelio se ahogue por los anhelos de esta vida y la persecución de todo el mundo. Ciertos que trabajaron conmigo pertenecían a esta categoría, pero jamás imaginé –ni tampoco ellos– que la enorme mayoría caería a la orilla del camino.

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