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jose de egipto capitulo 39
Le dijo que su padre y sus hermanos habían llegado de Canaán, y que ya estaban en la zona de Gosen con sus ovejas y vacas y todo lo que tenían. –Tus servidores somos 12 hermanos, hijos del mismo padre, y habitamos Canaán. Nuestro hermano menor se quedó con nuestro padre, y el otro por el momento no está con nosotros.
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José, maestresala de Putifar En el instante en que llevaron a José a Egipto, Putifar, un egipcio ministro y maestresala del faraón, se lo adquirió a los ismaelitas que lo habían traído. El egipcio Putifar, eunuco del Faraón y jefe de la guarda, lo adquirió a los ismaelitas que lo hab an llevado allí. José fue bajado a Egipto, y lo adquirió un egipcio, Putifar, eunuco del faraón y jefe de los guardas; lo compró a los ismaelitas que lo habían bajado allí.
Entonces el faraón mandó llamar a José, y lo sacaron instantaneamente de la prisión. José se cortó el pelo, se cambió de ropa y se presentó en oposición al faraón. Luego guardó la ropa de José hasta que su amo llegó a la vivienda.
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El Putifar del producto elohísta es un sacerdote de Heliópolis, que casa a su hija Asenet con José. Hola seguidores de Ojearnovelas.com te alcanzamos la lista completa de los capitulos de Jose De Egipto para poder ver gratis sin límites ni limitaciones y en la mejor calidad de vídeo HD. Recuerda sugerir Jose De Egipto mediante las comunidades fb, twitter. De esta forma nos ayudarás a medrar más cada día. En el momento en que llevaron a José a Egipto, Putifar, un egipcio ministro y maestresala del Faraón, se lo compró a los ismaelitas que lo habían traído.
jose de egipto capitulo 39
23No necesitaba atender el jefe de la cárcel cosa algunas que estaban al precaución de José, porque Jehová se encontraba con José, y lo que él hacía, Jehová lo prosperaba. 21Pero Jehová se encontraba con José y le extendió su misericordia, y le dio felicidad en los ojos del jefe de la prisión. 18Y en el momento en que yo alcé mi voz y chillé, él dejó su ropa junto a mí y escapó fuera. 15y observando que yo alzaba la voz y gritaba, dejó a mi lado su ropa, y escapó y salió. 11aconteció que entró él un día en la vivienda para llevar a cabo su oficio, y no había absolutamente nadie de los de casa allí.
–Aunque yo soy el faraón, absolutamente nadie en todo Egipto va a mover un dedo sin tu permiso. El faraón advierte de inmediato que José es la persona mucho más indicada para realizar los proyectos que este le había correcto. y estas espigas secas devoraron a las siete espigas gruesas y llenas. El faraón se despertó, y se percató de que era un sueño. y en tres días el faraón examinará tu caso y va a hacer que te cuelguen de un árbol, y las aves se van a comer tu carne. En el canastillo de arriba había un gran surtido de pasteles para el faraón, pero las aves venían a comer del canastillo que se encontraba sobre mi cabeza.
José tenía las cosas clarísimas en su cabeza; y fue esa claridad mental que le asistió a soportar la tentación. No sólo eso, sino que al charlar así, José estaba ayudando a la mujer de Potifar a reflexionar sobre lo que se encontraba sugiriendo. El accionar de José nos enseña la importancia de la mente en la vida cristiana. Bastantes fieles son regidos por sus conmuevas y también impulsos. Lo que debemos aprender a efectuar es dejarnos asesorar por nuestra cabeza.
Es muy posible que él guardase resentimiento contra sus hermanos por haber permitido eso; pero seguramente él guardaba la promesa que su padre lo rescataría, por visto que él sabía que su padre lo amaba bastante. Dadas las situaciones de la venta de José como esclavo, es muy posible que él creyera que próximamente iba a ser salvado por su padre. Pero él no tenía que sus hermanos afirmarían que se encontraba “fallecido”. En el capítulo 39 de Génesis, la narrativa regresa a enfocarse en la vida de José, quien en este momento está en Egipto. El artículo yavista presenta a José como víctima y como un héroe.
La mujer de Potifar fue cuidadosa en no declarar que José había dejado su indumentaria a cargo de ella, puesto que eso habría revelado su duplicidad. Es el designio de Dios que los hombres de todo el mundo, atraídos por la diligencia, la petición y la energía manifestadas por los fieles siervos de Dios en la tierra, aprendan de él de esa forma. Pero Jehová se encontraba con José y le extendió su clemencia, y le dio felicidad en los ojos del jefe de la prisión. Y el jefe de la prisión entregó en mano de José el precaución de todos y cada uno de los presos que había en aquella prisión; todo lo que se hacía allí, él lo hacía.
Poco a poco José ganó la confianza del carcelero, y se le confió al fin el cuidado de todos y cada uno de los presos. Fué la obra que ejecutó en la prisión, la integridad de su historia diaria, y su simpatía hacia los que estaban en contrariedad y congoja, lo que le abrió paso hacia la prosperidad y los honores futuros. Cada rayo de luz que derramamos sobre el resto se refleja sobre nosotros mismos. La contestación de José revela el poder de los principios religiosos. No deseó traicionar la seguridad de su amo terrenal, y cualesquiera que fuesen las consecuencias, sería leal a su Amo celestial. Bajo el ojo escudriñador de Dios y de los beatos ángeles, múltiples se toman libertades de las que no se harían culpables en presencia de sus semejantes.
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