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Pero aún mucho más atrayente para entender la distancia que mediaba entre las proclamaciones de principio y los com portamientos prácticos es la situacion del préstamo hecho por Junio Bru to a la ciudad de Salamina, en la isla de Chipre. Es verdad que no ha bía actuado de forma directa, sino más bien a través de 2 mediadores, o me jor dicho testaferros, que conocemos por los testimonios de Cicerón75, M. Scaptius y P. Matinius, como se desprende con bas tante transparencia de las cartas de Cicerón, el que, como goberna dor de la Cilicia, se había visto perjudicado de forma directa por la contro versia.
Sobre el tema v. en este momento Chalón, L ’édit de Tiberius Julius Alexander. Y también tude historique et exégétique, 1964. Gen. Lat. 1 del 81-3 (?) rect. II C. Véase además la inscripción de Laodicea en «Klio», 1903, 14. vita Firmi, III, 2.
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Se ha observado asimismo que la nobleza romana no era tan clarividente para adivinar la crisis de la ciudad-estado, que se realizó manifiesta solo en el siglo primero . En esta disputa no puede negarse que los defensores del fundamento económico tienen la posibilidad de aducir causas contundentes. Es obvio que la asignación, por iniciativa habitual, de lotes del ager publicus priva ba a los nobles de una disponibilidad de ocupación de la tierra que había sido un privilegio clásico. Es cierto que ellos mismos ha bían procedido a la fundación de colonias, pero todo había ocurrido bajo su control y sin que en esencia se puedan ver afectados sus privile gios. Además de esto, el ager Gallicus era muy fértil y rico, y puede ser por tanto que los señores romanos tuviesen sobre él muchas más miras que sobre otros territorios. Naturalmente, al lado de este motivo de or den económico había otros mucho más estrictamente políticos, entre los cua les primaba el miedo del Senado a ser despojado de un poder del que según la tradición.
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Con múltiples limitadas reducciones, el denario, co mo observaremos, prosiguió siendo la moneda primordial de plata del Esta do De roma. Las monedas fraccionarias, en cambio, no tuvieron lar ga vida. No el sestercio tuvo mucha fortuna y desapareció tras unos decenios, si bien en la vida económica y jurídica haya seguido siendo la moneda de cuenta más especial, hasta el punto de que el término nummus significaba el sestercio y hasta el numeral puro y fácil se entendía referido a sestercios. El sestercio equivalía ade mucho más al viejo as achicado, que durante bastante tiempo siguió sien do empleado como moneda de cuenta, hasta tal punto que en las fuen tes el monto del dinero para el periodo más antiguo está indi cado en ases23. Además, como el sestercio equivalía a un escrúpulo formaba la unidad por excelencia y facilitaba el cambio con otras monedas. De ahí que con el curso del tiempo el cálculo en ases fue susti tuido por el en sestercios.
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19 ILLRP. I, 178 n.° 309. 20 Mommsen, CIL. IX, p. 125. Para otras citas véase la bibliografía al final del capítulo. lación fuera de diez a 6 debería encontrarse un peso de gr. Por consiguiente el Estado habría debido de gastar 400.000 ases y no 333.333.
Por otra parte, es impensable que el viejo modo de producción esté ya superado a causa de su contradicción interna; al contrario, su avance se manifiesta al acentuarse el carácter escla vista de la producción. Son las conquistas mediterráneas las que abren la vía a las grandes corrientes mercantiles y transforman, por tanto, al comercio en una actividad im portante, muy distinta de los limitados intercambios del periodo de tiempo primitivo. El desarrollo y el avance del sis tema esclavista duran siglos, hasta el día de hoy en que el sistema entra en crisis y no solo por las contradicciones producidas por nuestro desarrollo, sino también gracias a otros causantes que hemos examinado. Tampoco nos pa rece establecida la otra consideración de que la actividad productiva de mercancías se regresa tanto más im portante cuanto más se adentran las com entidades en la etapa de su o ca so 5. De similar convicción se deri va la afirm ación del predominio del carácter natural de la economía del imperio con en comparación con capital, tesis que de verdad solo puede acep tarse parcialm ente. Esta laguna del pensamiento de Marx ha de ser colm ada en el sentido de que tras la disolución de la relación originaria, y básicamente tras la entrada de la esclavitud como fenóme no masivo, se dio una exclusiva form a de producción, la propiamente esclavista, que caracteriza la economía del imperio.
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- Además de esto en un cinerario fechado por su estilo en el segundo cuarto del siglo V se han hallado cerámicas áticas2.
- No contamos pruebas, en cambio, de una producción de cerámicas; la llamada te n a sigillata hace aparición en temporada de Augusto.
Antonio había llevado de Atenas a Alejandría un cincelador, Evandro, que provocaba el desconcierto de los romanos, Sch. I, 3, 91. antes, p. 205 y 206. ban con las victorias, como ocurrió tras la conquista de Egip to, al paso que aumentó el valor de las tierras gracias a una cre ciente demanda. En la temporada romana no aparecieron instituciones para la organiza ción del crédito. Hablar de bancos y banqueros puede inducir a la erró nea creencia de que en Roma existían instituciones de crédito como las de la edad moderna o aun de temporadas históricas menos recien tes.
El mons Claudianus de Egipto proporcionaba grano, cuya extracción se ini ció bajo Claudio, como habría que inferir de su nombre. Asimismo se generaba allí pórfido, de ajustarnos al testimonio de Plinio93, pe ro es inexacto decir que esto probaría que la explotación del monte se inició bajo Claudio, porque la noticia de la que charla el texto se refiere a que un procurador imperial, Vitarsio Polio, llevó a Claudio 2 esculturas de pórfido94. Egipto daba también otros ma teriales de construcción múltiples de los que se extraían en este momento en la temporada de Augusto y Tiberio95.
XXIII, 14, 3-4 es el de nexi por deudas y fraudes capitales. XLI, 28, 8; XLV, 34, 6. LXI; LXXVIII. Los datos libres sobre el número de esclavos son escasamen te fiables conforme nos remontamos en el tiempo. Las fuentes hablan de esenciales compras, sin determinar su número, en la toma de Veyos, en el .
Pero cabe supo ner que en los principales centros de producción, como Arezzo, hu biera factorías con considerable número de obreros. Por lo demás, ahora se había iniciado la rivalidad de los modelos de la Galia, que dis ponía de cretas mejores y de expertos empresarios. El descubrimiento de un enorme aljibe con la capacidad de contener 40.000 litros declara que la produc ción era a gran escala39. El misterio de la fórmula de fabricación, aun que no estuviese protegido por patentes industriales, y la disponibili dad de dibujantes y artesanos capaces tenían suma importancia para efectuar frente a la rivalidad. Asimismo en Roma había una produc ción clásico de terracotas, que respondía a las metas del de sarrollo urbanístico.
