El secreto no revelado de Mateo 4 1-11

mateo 4 1-11

Habiendo creado el estudio de la perícopa en relación a las tentaciones de Jesús en la tradición sinóptica de Mateo 4, 1-11, ofrecemos a comprender las noticias y los descubrimientos, los que dan muchas luces para leer nuevamente el texto. Esta conclusión se hará paralela al artículo bíblico analizado. O sea, que la conclusión va a ser el análisis del producto tomando presente el trabajo realizado. El constructor emplea el concepto para referirse a un espacio solitario, en otra ocasión relata al desierto como hoy le conocemos, y además para decir que un espacio, casa, etcétera., esta despoblado, inhabitado o a un lugar sobrio.

Los 40 años de dificultades de los israelitas en el desierto fueron una prueba antes de ingresar en la tierra de la promesa a través del Jordán (Josué 3-4). En su forma condensada, los 40 días de Jesús en el desierto preparan la iniciación del nuevo pueblo de Dios al lado del Jordán. El contexto de Marcos y Lucas es mucho más congruente, por el simbolismo que mantiene con relación a los 40 años de estancia de los hijos de Israel en el desierto, a lo largo de los que “tentaron” a Yavé de distintas maneras en las oportunidades de carencia. Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo. Como el número cuarenta es muy usado en la Biblia, es esencial transcribir el sentido real y ver qué nos comunica verdaderamente el artículo.

Tentación De Jesús(a)

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¿Habéis creído siempre que, para daros de todo punto a Dios, debéis disponeros a ser tentados? ¿No les causa sorpresa el que a veces les acose la tentación? En lo sucesivo, vivid siempre preparados para ella; de modo que podáis sacar todo el fruto que con la tentación jura Dios producir en nosotros. De Galilea a Capernaúm Transcurrió precisamente un año entre la tentación de Jesús en el desierto y su regreso a Galilea. Los hechos que sucedieron en ese año están escritos en los primeros 4 episodios del evangelio de Juan.

«No sólo de pan vive el hombre sino más bien de toda palabra que sale de Dios». Va a multiplicar panes en el instante en que vea pasar hambre a los pobres. Siempre y cuando los cristianos anteponemos nuestro confort a las pretensiones de los últimos, nos distanciamos de Jesús.

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Nada atraería gente a Jesús más que la promesa de poder político y militar. “Otra vez le pasa el demonio á un monte altísimo” (v. 8). Otra vez, nos recuerda a Moisés, que halló a Dios en una montaña alta.

Ciertos enfermos fueron a Él individualmente, a otros los llevaron amigos o familiares, ciertos fueron en enormes muchedumbres. Había ciegos, suecos, mudos, paralíticos, epilépticos, inválidos, cojos, leprosos, afiebrados. Él los curó a todos, y en ciertos casos no los tocó ni los vio y las curaciones fueron repentinas y terminadas. También, ningún espíritu inmundo ha podido soportar la orden de salir.

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La soberbia que desea editar a Dios en un factor e imponerle nuestras condiciones experimentales de laboratorio no puede hallar a Dios. Puesto que, de entrada, supone en la medida en que nosotros negamos a Dios en relación Dios, ya que nos ponemos sobre El. Pues dejamos de lado toda dimensión del amor, de la escucha interior, y solo reconocemos como real lo que se puede experimentar, lo que podemos tener en nuestras manos. Quien piensa de esta manera se convierte a sí mismo en Dios y, con ello, no solo degrada a Dios, sino asimismo al mundo y a sí mismo. Estas ayudas dejaron de lado las construcciones religiosas, morales y sociales que están y han introducido su forma de meditar tecnicista en el vacío.

Aquella experiencia la conocía cualquier jóven hebreo, pero no tanto por los datos históricos, sino por la reflexión desde la fe que el pueblo hacía. En el desierto el pueblo pasó por duras tentaciones, deseó volverse a Egipto, a la seguridad del alimento en la esclavitud, deseó venerar a ídolos, a un toro hecho de oro, en lugar de a su Dios liberador, deseó tentar al mismo Dios ya que no se fiaba de él. Toda la Biblia está llena de la experiencia de pecado de Israel y del perdón concedido por Dios, que moderniza constantemente la Coalición. Como Dios les dio el maná a los israelitas de una manera sobrehumano de Tal forma que nada les falto en el momento en que anduvieron los 40 años en el desierto, también les puede ofrecer a los suyos todo cuanto necesitan, tanto físico como espiritual. Por ende, Jesús confiaba en su Padre en lo que se refiere a la satisfacción de sus necesidades, por lo tanto, Él sabía que no precisaba emplear sus poderes divinos para solucionar sus necesidades puesto que no solo de pan viviría el hombre, sino Dios siempre y en todo momento proveería. En el momento en que Jesús los llamó, estaban ocupados en sus tareas echando una red en el lago, el mar de Galilea.

Mas el Dios de toda felicidad, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis sufrido algo de tiempo, él mismo les perfeccione, afirme, fortalezca y constituya. El tiempo que dura Jesús en el desierto es de 40 días y 40 noches, es interesante que sea cuarenta y no precisamente. Pasó esta estadía en el desierto igual que el pueblo de Israel, que Moisés en el Sinaí, etc. Esta es otra forma de presentar a Jesús como el nuevo modelo de la comunidad, el que es con la capacidad de vivir el designio de Dios.

En el rumor, en la confusión, esto es realmente difícil realizar; se escuchan solo las voces superficiales. En cambio, en el desierto, tenemos la posibilidad de bajar en profundidad, donde se juega verdaderamente nuestro destino, la vida o la muerte. La Cuaresma nos recuerda los cuarenta días que pasó Jesús en el desierto en preparación para sus años de predicación que concluyeron en la cruz y en la gloria de la Resurrección. Entonces lo dejó el demonio y se aproximaron los ángeles para servirle. Conchi, envía la gripe al desierto, a conocer si noquea al atrayente. Lo primero permitidme que les afirme que algunos animadores bíblicos somos un poco “asquerosillos” (como es natural que esto no va por Conchi, va por mí) y poseemos nuestras manías.

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