El misterio no revelado de Lepra En La Biblia

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2 —En el momento en que uno tenga en la piel una hinchazón, o una erupción, o una mancha blanquecina, y se haya formado en la piel de su carne una llaga como de lepra, va a ser llevado al sacerdote Aarón o a sus hijos, los sacerdotes. Hay otros 4 hombres innominados, leprosos que estaban en la Puerta de Samaría, por ser segregados de la ciudad por su patología. Puesto que los antibióticos son históricamente un proyecto reciente, la lepra tiene un historial de ocasionar gran devastación y el pavor con su propagación y sin promesa de restauración. O sea verdadero en las ubicaciones que tenían extrema pobreza y las condiciones de vida dañinos. En verdad, esta fue una de las causas de que una mujer conocida como la Madre Teresa dejó un convento en Calcuta, India y comenzó un ministerio para los pobres que vivían en las calles allí en 1948.

• Leemos asimismo la situacion del rey Azarias , a quien «Yahvé hirió con lepra, y estuvo leproso hasta el día de su muerte y habitó en el hogar separada, y Jotán, hijo del rey, tenía el cargo del palacio, rigiendo al pueblo».
• Actualmente, como en ningún otro periodo de la historia, vivimos una auténtica epidemia de lepra que no es física sino espiritual.

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Este historiador judío del siglo primero, tiene relación a ella como Tharbis, hija del rey de Etiopía (Antigüedades de los Judíos, Libro 2, capítulo diez). Moisés pudo haberla recuperado en el momento en que regresó a Egipto para liberar a los israelitas–nosotros sencillamente no lo entendemos. En todo caso, no hay registro de que Yahvé emitiera alguna críticahacia Moisés por esta situación.

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La opinión extendida la consideraba como castigo por un pecado cometido. En alguna ocasión así diríase que sucedió, como en el caso de María, leprosa a propósito tiempo por haber murmurado contra su hermano Moisés (cfr Nm 12,1-diez). Además el Siervo tolerante de Yahwéh es anunciado como un leproso, herido por Dios a causa de nuestros pecados . En la situacion de Job, asimismo leproso, es acusado por sus amigos de un pecado oculto y horrible que consigua argumentar el estado en que está. Naamán (נַעֲמָן “Satisfactorio”) es el nombre de un general arameo del reino de Aram Damasco, o Siria en la traducción griega, cuya prodigiosa restauración de la lepra se relata en la Biblia, Segundo libro de los Reyes, capítulo 5. No es extraño, en consecuencia, que la sociedad medieval odiara y temiese a los leprosos.

La genuina lepra que es que ya se conoce por los helenos, se describe, como ahora se ha dicho, con el nombre de elefantiasis. El estudio de esta tradición, contenido en el Viejo Testamento, y su difusión no solo entre el pueblo hebreo, sino más bien después en las religiones derivadas, cristianismo e islamismo, hace que se manifieste con su fuerza esta idea de la patología-castigo de Dios. La patología-pecado, la patología-culpa, la enfermedad-mácula, que necesita purificación, limpieza, limpieza, es un término arcaico, de los mucho más arcaicos en la raza humana. No podía ser, por ende, extraña a este término de patología-impureza o patología-castigo de Dios la tradición hebrea.

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Esta reacción divina hace profundos cambios en el estado y la función de Aarón y Mirian. El relato muestra como Aarón, en su condición de sacerdote, verifica con un examen visual la lepra de Mirian, al paso que en su condición de profeta apela desesperadamente a Moisés a fin de que interceda ante Yahvé. Como es natural Mirian queda confinada fuera de la red social, y esta elige no proseguir el camino de la liberación a causa de las rebeliones. Otros comentaristas ven en la protesta una muestra de racismo, dado a que la mujer cusita era de piel obscura. Según otros, en cambio, la tradición que ha conservado estos contenidos escritos no habría podido soportar la total descalificación del supremo pontifice Aarón, presentándolo como castigado con la lepra.

Volvamos a eso que marcaba la ley de Moisés y observemos al Señor Jesucristo en lo que se ofrecía al quedar sano alguien que había sido leproso. La otra avecilla era tomada adjuntado con el cedro, la grana y el hisopo; y eran mojadas con la sangre de la avecilla fallecida. Después, el que había estado enfermo era rociado siete ocasiones y la avecilla viva era soltada. Fue separado de la vivienda de Jehová (pierde privilegios de adoración). Continuará inmundo todos los días que tenga la infección; es inmundo.

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Jesús les manda a los sacerdotes ” Id a mostrarles a los sacerdotes “. Como afirmábamos antes la lepra no era únicamente una enfermedad física, implicaba también una concepción religiosa. Un leproso pensaba para sí mismo, que su nosología era el castigo por algún pecado cometido; quizás una falta realizada inadvertidamente. Como observamos el término de “lepra” usado en la temporada de Cristo abarcaba anomalías de la salud de diferente índole.

29Y lo que sobre del aceite que el sacerdote tiene en su mano, lo va a poner sobre la cabeza del que se purifica, para reconciliarlo enfrente de Jehová. 28También el sacerdote va a poner del aceite que tiene en su mano sobre el lóbulo de la oreja derecha del que se purifica, sobre el pulgar de su mano derecha y sobre el pulgar de su pie derecho, en el lugar de la sangre de la culpa. 27y con su dedo derecho el sacerdote rociará del aceite que tiene en su mano izquierda, siete ocasiones enfrente de Jehová.

Es común en muchos países en todo el mundo y puede ser tratada con antibióticos, lo que hace que el aislamiento de la gente en colonias de leprosos por el momento no sean necesarios . 11es lepra crónica en la piel de su cuerpo; y le declarará inmundo el sacerdote, y no le encerrará, por el hecho de que es inmundo. 3Y el sacerdote mirará la llaga en la piel del cuerpo; si el pelo en la llaga se volvió blanco, y pareciere la llaga mucho más profunda que la piel de la carne, llaga de lepra es; y el sacerdote le reconocerá, y le declarará inmundo. 2Cuando el hombre tuviere en la piel de su cuerpo hinchazón, o erupción, o mácula blanca, y hubiere en la piel de su cuerpo como llaga de lepra, será traído a Aarón el sacerdote o a uno de sus hijos los sacerdotes.

La lepra era en el reino no solo como un polvillo radiactivo cultural, sino más bien asimismo tenía implicaciones espirituales. En Levítico 13, la instrucción fue dada para el reconocimiento y el diagnóstico de la lepra. No obstante, Dios también instruyó más de 21 ocasiones que la persona con lepra sea proclamado impuro. Esta declaración era para educar a la persona a identificarse públicamente, era aislado, sus prendas lavadas o quemadas, o si era preciso, enviar al enfermo a vivir fuera del campamento si no se curaba. Algo mas horribles que la mayoría de los occidentales nunca vivieron es la patología de la lepra.

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