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juan

Por el hecho de que fue cortado y se marchitó y murió. Se suicidó a los pocos días, y fue quemado – eternamente perdido. Esta es la catástrofe mucho más horrible en la Biblia. Debería llevarnos a buscar en nuestros corazones.

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Si permanecéis en mí, yo permaneceré en nosotros y daréis bastante fruto; pero separados de mí nada podréis llevar a cabo. Yo soy la vid, ustedes son los sarmientos. El que continúa en unión conmigo, y yo en unión con él, este transporta mucho fruto; pues separados de mí ustedes no tienen la posibilidad de llevar a cabo nada. El que se quede en mí producirá mucho fruto, en tanto que ustedes no pueden llevar a cabo nada sin mí. Yo soy la vid; ustedes, los sarmientos.

»Yo soy la vid y ustedes son las ramas. 5Yo soy la vid, nosotros los pámpanos; el que continúa en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto; pues separados de mí nada podéis efectuar. “Yo soy la vid, nosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este transporta mucho fruto; por visto que separados de mí nada podéis realizar.

«yo Soy La Vid, Nosotros Los Pámpanos» (juan 15:

El que continúa en mí y yo en él, éste transporta bastante fruto. Pero separados de mí, nada podéis llevar a cabo. Yo soy la vid, nosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este transporta bastante fruto; por visto que separados de mí, nada podéis llevar a cabo. »Precisamente, yo soy la vid; ustedes son las ramas. \\\’Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que continúa en mí, como yo en él, dará bastante fruto; separados de mí no pueden ustedes efectuar nada.

Los que continúan en mí y yo en ellos generarán bastante fruto ya que, separados de mí, no tienen la oportunidad de efectuar nada. “Yo soy la vid, nosotros los sarmientos; el que continúa en mí y yo en él, ese da bastante fruto, por el hecho de que separados de mí nada podéis llevar a cabo”. “Yo soy la vid, nosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este transporta mucho fruto; ya que separados de mí nada podéis llevar a cabo”.

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Aquí nos señala que al oír la palabra y creerla, esta nos limpia, nos purifica. De allí la relevancia de que escuchemos la predicación de la palabra, y que esta esté llena de las escrituras, tal es conque Dio pueda emplearla para limpiarnos y purificarnos. “Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. No es que busque la dádiva en sí, sino más bien busco fruto que aumente en vuestra cuenta. llenos del fruto de justicia que por medio de Jesucristo, para la gloria y alabanza de Dios.

\\\’Yo soy la vid, y ustedes son las ramas. El que continúa unido a mí, yo unido a él, da bastante fruto; puesto que sin mí no tienen la posibilidad de ustedes llevar a cabo nada. YO SOY la vid, nosotros los pámpanos; el que continúa en mí, y yo en él, este lleva bastante fruto; por visto que sin mí nada podéis realizar. “Yo soy la vid, ustedes los sarmientos; el que continúa en Mí y Yo en él, ése da bastante fruto, por dado que separados de Mí nada tienen la oportunidad de llevar a cabo. Los que no han sido seleccionados de entre el planeta son de manera fácil reconocidos por su fe en Cristo y sus frutos, conque el mundo los detesta por el hecho de que han descuidado el planeta y su falsedad.

Recibimos el llamado de Dios para educar y predicar la palabra de Dios, apoyando tu crecimiento espiritual. La auténtica cristiandad siempre y en todo momento fué perseguida, sobre todos por esos que desconocen a Dios y dicen que le conocen. Los enormes sistemas religiosos fueron los principales perseguidores de aquellos que viven y ponen en práctica su fe.

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encuentra una rama que está comenzando a sugerir sus frutos, empezando a producir la semejanza de Cristo, y lo recorta, recorta los brotes maduros, a fin de que se dé considerablemente más fruto. amargas, podridas, apestosos, de mal gusto. Dios estaba en busca de la justicia y la rectitud, en su lugar se halló con la opresión, la crueldad, la explotación de los hombres.

Una obediencia a la Palabra de Dios cada vez más grande (caminar en el espíritu) trae un poder cada vez mayor del Espíritu, y después el fruto del Espíritu puede ser manifestado en nuestras vidas en un nivel cada vez mayor. Si permanecéis en mí, y mis expresiones permanecen en vosotros, pedid lo que queráis, y se les hará. Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no transporta fruto, lo quitará; y todo el que que lleva fruto, lo va a limpiar, a fin de que lleve considerablemente más fruto.

juan

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