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la tentacion de jesus
Hay un hecho que predomina en el relato de la tentación de Jesús, y sucede que él se encontraba lleno del Espíritu Santurrón. Es la presencia del Espíritu Santurrón en nuestra vida la que vuelve posible que tengamos victoria sobre la tentación. Pero no es algo estático, ni inerte, sino más bien es un poder en incesante movimiento. Requerimos ser —y mantenerse— llenos del Espíritu Beato.
No es irrazonable el sospechar que Jesús se encontraba meditando en esos pasajes, y que peleó contra Satanás con el pan fresco con el que se terminaba de alimentar. Debemos asegurarnos de siempre tener pan fresco con el que responderle a Satanás. El demonio entonces le dejó; y hete aquí vinieron ángeles y le servían. Lo que Satanás sugería tenía sentido – “¿Para qué exactamente exactamente morirte de apetito? ” Pero lo que escrito está tiene aún considerablemente más sentido. Con esto le dejó el diablo; y hete aquí que se acercaron los Ángeles que le servían y le brindaron de comer.
Días Con Jesús En El Desierto
La Biblia en nuestras manos es como una caja de herramientas en las manos de un individuo que nunca ha clavado un clavo. Dado el tiempo y la oportunidad para buscar consejo, un individuo sin habilidades tiene la posibilidad de tener éxito en algún emprendimiento simple de carpintería. Dado el tiempo y la oportunidad para buscar consejo, nosotros podríamos contraatacar a la tentación. El problema es que las tentaciones no nos dejan el lujo del tiempo.
Por servirnos de un ejemplo, sabes que tienes tareas institucionales que debes terminar pero tu programa preferido de televisión está por empezar, así que decides ver televisión en lugar de llevar a cabo tu labor. Al siguiente día, cuando la maestra te pregunta por qué razón no entregaste la tarea, le afirmaste ¨El perro se la comió” o “Mi hermanito la rompió.” Así empezamos a indicar con el dedo de la culpa a otra persona. “Entonces lo dejó el demonio, y los ángeles vinieron y le servían”. Es el primer triunfo en la primera guerra dentro de Cristo y vence. Los ángeles, que asimismo habían vencido, se alegran con el triunfo del Hombre, y le consuelan. Pero la suerte está echada; las batallas proseguirán de una manera casi continuo hasta el desenlace en especial en la Pasión.
Esta fue la clase de tentación o prueba que Dios padre dejó en su hijo Jesús en el desierto, tal como probó a Adam en el jardín y falló y como probó al pueblo de Israel por 40 años en el desierto y además fallaron. Jesús fue probado por 40 días no en un jardín sino más bien en un desierto y venció y recobró así lo perdido. De la misma forma tú puedes vencer en el desierto de tu vida lo que perdiste en el jardín de la prosperidad, éxito o buena familia. Debemos recordar la tentación original, la de Adán y Eva, que seducidos por la serpiente que les ha dicho «seréis como dioses» traspasaron el umbral de sus límites ante la posibilidad que les presentó el enemigo de conocer, determinar y determinar el bien y el mal.
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Sabía que no estaba bien emplear Sus poderes sagrados de esa forma. Jesús fue al desierto para estar con Dios, y allí, el Salvador charló con el Padre Celestial. No comió nada por 40 días pues estaba ayunando.
Entonces lo dejó el demonio y se acercaron los ángeles para servirle. Y se hace convidación insistente y afable para hombres que lamentablemente escogen resoluciones veloces, sencillos e repentinas, que no escogen rebajarse a una especialidad del corazón, suponiendo poseer en todo momento predisposición todas las opciones. De todas maneras solo está presto a alterar quien se da cuenta del abismo de su corazón y no se asusta de él, puesto que es ahí donde comienza el sendero del arrepentimiento. Somos un ministerio que se dedica al servicio de Dios, con el propósito de llegar hasta lo último de la tierra, con la misión de que todo el planeta tenga la posibilidad de comprender la Palabra de Dios. Pues no disponemos un supremo pontifice que no consigua compadecerse de nuestras debilidades, sino más bien uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.
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Jesús fue conducido del Espíritu de Dios al desierto, a fin de que fuera tentado allí por el demonio. Y tras haber ayunado cuarenta días y 40 noches y tuvo apetito. De acuerdo a San Lucas , después de haber expuesto a Cristo a toda clase de tentaciones –de las que la importancia Mesiánica es indudable—Satán se retiró, esperando una ocasión favorable como la que siguió al ayuno prolongado de Cristo en el desierto. El combate posterior al que se relata no es otro que al de la Pasión de Cristo (cf Luc., xxii, 53; Jn., xiv, 30). El auxilio de ángeles a Jesús, en conexión con sus tentaciones, se menciona en Marcos, i, 13. El modo perfecto perfecto exacto de aparición de Satán a Jesús no se asegura por los Evangelistas.
¿Qué motivó a Jesús a pasar 40 días y 40 noches de solitud, oración y ayuno en el desierto de Judea? El paisaje desértico era en su mayoría inhabitable y se encontraba lleno de peligros para cualquier persona que se atreviera a aventurarse en el por un tiempo. El peligro del calor agobiante del día y el frío extremista de la noche, o el peligro de los animales silvestres y los escorpiones, además de la escasez de comida y agua. Recuerda, en el momento en que Jesús fue tentado, él recurrió a las Escrituras para que le ayudaran a soportar a Satanás. ¿Has sido tentado a realizar o decir algo que sabes que no es acertado?
Pero el Señor carecía de la corrupción o estímulo interno que incita al pecador a colaborar con aquel que lo tienta. Es Señor sintió la necesidad, tuvo consciencia de que Satanás le incitaba a agradar esa necesidad, supo que debía aguantar al atrayente y luchó en el enfrentamiento. El relato que Marcos distribución de la tentación es tan corto, que no es conveniente interpretar la presentación de Mateo (mucho más completa y cronológica) a la luz de ciertas primeras impresiones que se obtengan de las limitadas expresiones de Marcos.
