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Asemeja que vamos juntando amargura en nuestro corazón, esperando el instante justo para realizar la tan ansiada venganza. Considere algunas de las expresiones que ilustran la furia de Dios en el Nuevo Testamento. Y mientras que las considera recuerde la disparidad que o sea, ‘¿Pero no son esos solo símbolos?
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Romanos 12:19 Novedosa Traducción Viviente (ntv)
¿No es el fuego del infierno sólo un símbolo? ’ Digo precaución con eso, porque eso no sirve a su propósito. ¿Las personas utilizan símbolos de horror por el hecho de que la realidad es menos o más horrible que los símbolos? No conozco a absolutamente nadie que utilice un lenguaje simbólico para verdades horripilantes en el momento en que el lenguaje literal la haría sonar considerablemente más horrible. “Mía es la venganza y la remuneración; a su tiempo el pie de ellos resbalará, por el hecho de que el día de su catástrofe está cerca, ahora se apura lo que les está listo.” “Mía es la venganza y la remuneración; a su tiempo el pie de ellos va a resbalar, pues el día de su catástrofe está cerca, en este momento se apura lo que les está preparado.
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La Palabra De Dios Conservada Y Viva
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Así que la furia de Dios es tratada como pago al hombre por algo que este ha hecho. El apóstol Pablo tiene relación en este versículo a la ira de Dios. Naturalmente, esto no quiere decir que da lo mismo que el cristiano se encolerice. La Biblia nos previene exactamente contra la furia. Observemos una exhibe del consejo divino. Pero Dios nos comunica que nos corramos de la situación y le dejemos el sitio a El, que El hará justicia, ¡qué bien difícil es dar nuestra venganza en manos de Dios!
- Cristo cargó la maldición de la ira de Dios por todo aquel que viene a Él, por todo el que que cree en Él, y por todo aquel que se regocija en el cobijo de su sangre y de su honradez.
Conque en el instante en que la Biblia habla del fuego del infierno, pobres de nosotros si mencionamos, ‘Es únicamente un símbolo’. De ser esto un símbolo, significa que la verdad es peor que el fuego, no mejor. La palabra “fuego” no es usada para lograr que lo fácil parezca horrible, sino para lograr que lo increíblemente horrible suene como lo que verdaderamente es. Regocijaos, naciones, su pueblo, ya que El vengará la sangre de sus siervos; traerá venganza sobre sus contrincantes, y va a hacer expiación por su tierra su pueblo. 20Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; puesto que realizando esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza.
Nosotros deseamos realizarlo, pues parece que nos fuimos a sentir mejor, satisfechos, pero después nos garantizamos cuenta que no nos sentimos mejor, todo lo contrario, estamos peor que antes. Por este motivo, en el instante en que nuestra pasión esté en apogeo y la corriente sea fuerte, dejémosla pasar, no vaya a ser que sea enfurecida mas aún contra nosotros. Ha sido tildado de dulce tomar venganza frente a un agravio, retribuir en concordancia al daño recibido, esto es visto como hacer justicia e procura calmar el mal que se siente frente a lo que nos hicieron.
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Pero el día de hoy deseo que nos enfoquemos, no en la psicología del versículo, sino en la divina situación que provoca que la psicología ande. Es decir, en la verdad de la furia de Dios. Pablo afirma en el versículo 19, “dejad sitio a la furia de Dios”. Entonces la ira de Dios es definida mucho más adelante como la venganza de Dios, “Mía es la venganza”. De modo que la furia está relacionada con la respuesta de Dios a algo que merece venganza.
Conque, si tu aenemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de tomar; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza. Programa de Clasificación A en relación al justo juicio de la furia y la venganza de Dios. Programa radial producido en la localidad de México por Natán Díaz y Rodolfo Robles. El justo juicio de la furia y la venganza de Dios. Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; ya que haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza. Cristo cargó la maldición de la furia de Dios por todo el que que viene a Él, por todo aquel que cree en Él, y por todo aquel que se regocija en el refugio de su sangre y de su honradez.